lunedì 26 marzo 2018

KIKO ARGUELLO: ANUNCIO DE PASCUA 2018

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En la parroquia Santa Catalina Labouré
Miércoles, 21 de marzo de 2018
... IN AGGIORNAMENTO...
KIKO:
Ascensión es de Tudela, del mismo sitio donde era Carmen, y ha estudiado en el mismo colegio que Carmen. Ya sabéis que los de Tudela son brutos, más brutos y de Tudela. ¡Pues esta es de Tudela! 
Hemos recibido una carta del Card. Farrell, del Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que dice así:
"Egregio Doctor.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha recibido Su carta de 30 de enero pasado, mediante la cual se ha encargado de comunicar el reciente nombramiento ––de conformidad con el art. 34 § 2 del Estatuto del Camino Neocatecumenal–– de la Señorita María Ascensión Romero Antón, como nuevo miembro del Equipo Responsable Internacional.
Tomando nota de esta designación, me complace expresar a la Señorita Romero Antón mi más viva felicitación por el encargo recibido.
Deseo que pueda asumirlo con fidelidad y compromiso auténtico al servicio del Camino y de la Iglesia entera, fructificando plenamente la gran herencia espiritual dejada por la Señorita Carmen Hernández.
Aprovecho la ocasión para expresarle un cordial saludo en Cristo.
Kevin Card. Farrell
Prefecto"

Pues yo, después de esta presentación, le he pedido a Ascensión que diga unas palabras.
ASCENSIÓN:
Bueno, me puso muy contenta que la Santa Sede dijera que Carmen Hernández había dejado una gran herencia espiritual para toda la Iglesia, y eso nos ha llenado de gran alegría que esto haya sido reconocido. Y me dijo Kiko que dijera algo de la Pascua. ¿Qué puedo decir de la Pascua? Pues que lo que yo he vivido estos últimos años en San Petersburgo es que siempre era dificilísimo, que siempre aparecía no un faraón, sino un montón de faraones que parecía que aquello era imposible. Y siempre el Señor aparecía salvando y celebrábamos la Pascua. No había hermanos y, de repente, aparecía una asamblea preciosa; no encontrábamos un lugar y encontrábamos un sitio donde celebrar; no había presbítero y aparecía uno. Siempre la Pascua estaba amenazada y siempre aparecía el Señor.

Gracias a unos hermanos, a Charlie y a otros hermanos que están trabajando con él y que están trabajando muchísimo, han recopilado todos los comentarios de Carmen que ha hecho en los anuncios dándonos una palabra. Y he encontrado un anuncio del año 1984 cuando muchos de los que van a escuchar este anuncio ni siquiera habían nacido y en el que Carmen habla un poquito sobre la Pascua con un midrash muy bonito que habla del faraón y que os voy a leer.

Dice Carmen:

«Solo eso quería decir para todos los itinerantes que tenéis dificultades, que estoy contenta de que existan las dificultades, porque no se puede celebrar la Pascua si no salen dificultades: el Faraón se reencarna siempre con la Pascua. Tanto es así que en este libro de Edmond Fleg (Moisés contado por los sabios) aparece un resumen gracioso, pero que tiene cosas profundas, aunque parece para niños. Yo estaba pensando en el Éxodo porque aquí mismo dice que en el Mar Rojo precipitó Dios a todo el ejército del Faraón, pero no al Faraón; por eso dice que Dios ha permitido la reencarnación del Faraón en todas las generaciones, en espera del Mesías que cumplirá la Pascua cósmica universal.
En nuestra generación hoy es lo mismo. Hoy la Iglesia puede decir lo que ha dicho la Virgen María: «No tienen fiesta, no tienen vino». Nuestra humanidad está buscando, está en una dimensión de muerte que es mucho más fuerte que en Egipto, porque está rodeada de misiles y está matando la matriz de la vida, que está en la mujer. Está rodeada por la muerte hoy la persona individual, la humanidad completa, y hoy también se levanta un grito de muerte.

… y es muy interesante ver las diez plagas; leed lo de las diez plagas. Os daréis cuenta de cómo tenéis que actuar: no haciendo milagritos sino dejando actuar al Señor. Yo veo que la Iglesia en la situación de esclavitud del mundo, puede hacer delante del Poder muchos milagros, como Moisés que tira el bastón para hacer una magia: transformarlo en una serpiente. Pero el Faraón se ríe de esto y dice: «Incluso mis niños saben hacer estas cosas y tú vienes aquí creyéndote no sé qué». El Faraón algunas veces intenta dejar partir al pueblo, pero se arrepiente inmediatamente porque aquellas cosas san solucionables humanamente. Pero llega el momento en que el Faraón ya no puede dar ninguna solución (como Dios está haciendo también hoy) y es cuando Egipto se encuentra circundado por la muerte de los primogénitos. Aquella noche ––dice un midrash bellísimo–– el Faraón no tuvo necesidad de que nadie fuera a  despertarlo porque el grito del universo llegó a su corazón: los brazos de las mujeres de todas las familias se levantaron en un grito de terror, como hoy toda la Humanidad, y ante esto el Faraón ya no tiene solución y deja partir al pueblo. El midrash es bellísimo, bellísimo...

Esto de estar toda la noche despiertos no es una invención de los santos Padres, sino una Palabra de Dios. Es una Palabra de Dios que dice que en el corazón de la noche «Yo pasaré esta noche». Y el pueblo de Israel, que todavía no podía partir, está durante toda la noche preparado para partir, con un cordero, ceñida la cintura. Y todavía el Faraón no había dado el permiso; pero está esperando durante toda la noche. Porque el pueblo no parte de noche, parte al alba como al alba de la Resurrección; es el sol el que ilumina su salida.
Dios ha preparado estas cosas para preparar, para que  entendamos la Resurrección. Así, la muerte pasa esa noche y ellos son preservados de la muerte por la sangre, por la sangre del cordero; y cuando ellos están ya preparados, el Faraón oye el grito (vosotros sabéis que el Faraón tenía una madre, la misma madre que había amamantado a Moisés), el grito del universo por la muerte de los primogénitos. Por su imaginación el Faraón ve que su madre se le aparece (esto es una narración misdráshica), su madre le coge la mano y le hace decir delante de Moisés: «Deja salir a mi pueblo»; tres veces le hace decir: «deja salir a mi pueblo».
Porque lo oye venir de ultratumba (esta imagen viene a decir al Faraón que existe la Resurrección) su madre le hace oír los cantos de todas las familias hebreas, que cantando se preparaban para partir, y le dice: «¿Por qué no dejas que todos estos cantos arrastren a todo Egipto a la salvación?». Y Moisés le da una respuesta estupenda: «¡Precisamente eso es lo que Dios quiere! Por eso ha llamado a Israel para arrastrar detrás de Él a todo Egipto; pero Egipto es libre de seguirlo o no». O sea, Dios ha hecho todo lo posible para arrastrar a Egipto en su paso, pero no lo hace sin la voluntad del hombre, y esto es estupendo. Entonces le dice: «¡Por lo menos, salva a mi primogénito!». Por eso, si leéis el paso del Mar Rojo no dice que muere el Faraón; dice: «sepultó en el mar a todo el ejército del Faraón».
Por eso el Faraón se reencarnará en cada generación.»

«KIKO:
Nos hace pensar los sufrimientos que habéis tenido y que hoy tienen muchos hermanos porque el faraón se levanta y no les deja celebrar la Pascua. Me estoy acordando ahora de un obispo ––y de los hermanos que están consternados–– que les ha prohibido celebrar la Pascua, salir a otras parroquias…».
«Bueno, una persecución tan tremenda que los hermanos no saben qué hacer, porque les obliga a ir a las vigilias de la parroquia que dura tres horas, que empieza a las 21:30 y a las 0:00 ya se ha acabado y no les permiten hacer nada. Yo les he dicho: No sé, buscad un párroco que conozca al Camino y que le diga al obispo que él se encarga de hacer una Vigilia más larga y que los hermanos puedan participar».
«Lo que pasa es que como son tantas comunidades no caben allí; para los hermanos es un sufrimiento enorme no poder celebrar la Vigilia pascual, como nos pasaría a nosotros, porque la Vigilia pascual es el centro de la Iniciación cristiana.»
«Por eso hemos sufrido tanto cuando, el año pasado, un párroco de Madrid les dijo a los hermanos que tenían que ir a la vigilia de la parroquia. Menos mal que escribí una carta al Card. Osoro y el cardenal llamó a este párroco y, al final, pues Dios hizo un milagro: cambiaron al párroco de causalidad[sic] y vino uno que conocía el Camino, que le gustan muchísimo nuestras celebraciones, y le dijo a este párroco que no tenía razón; con lo cual los hermanos respiraron. Primero se levanta el faraón y después Dios hace el milagro de que puedan partir, que puedan celebrar la Vigilia pascual toda la noche.»
«Sabéis lo que ha dicho el Papa Francisco: «La Iglesia debe al Camino Neocatecumenal la recuperación de la Noche Santa»; eso ha dicho.»
«Bueno, como hemos invitado a hablar a la hermana de nuestro equipo, le he pedido al P. Mario que nos diga alguna palabra también. A ver si le animáis a que nos diga una palabra porque dice que no.

Adelante, eres el presbítero del equipo.

P. MARIO:
Solamente dos pensamientos, dos cosas.
El primero es que sabéis que el Papa Francisco, en las últimas catequesis de las Audiencias los Miércoles está acabando ahora las catequesis sobre la Eucaristía. Y os quiero leer simplemente un trocito donde ––a mí me lo parece y espero que también a vosotros–– resuena otra voz, que es la voz de Carmen. Y es maravilloso que las catequesis que nos ha dado Carmen lleguen a toda la Iglesia por medio del Papa públicamente.»
Después, aunque esto merecería un aplauso, que haréis al final estos días he encontrado una lectura que me ha tocado mucho que es de las Cartas pascuales de S. Atanasio. Me ha impresionado porque uno de los problemas que desde hace años suscita dificultad para la celebración en pequeña comunidad, sea de la Eucaristía y, sobre todo, de la Pascua, es que se piensa que en la Pascua todos los fieles tienen que estar juntos, en la parroquia o donde sea. Pero esta es una teología muy coja, porque la unión no la realiza ni el lugar ni el tiempo; incluso ni siquiera el número de personas, que es algo de lo que se han preocupado muchos curas de tener mucha gente, que es en el fondo lo que le interesa más, pero la comunión no viene de celebrar todos juntos en el mismo lugar.»
«Y esto es lo que señala, precisamente, S. Atanasio. Dice:

El misterio pascual reúne en la unidad de la fe también a aquellos que están lejos con su cuerpo.

Yo me siento unido a mi comunidad aunque voy pocas veces; y así también los itinerantes.»
«El que por nuestra salvación entregó a la muerte a su hijo, por el mismo motivo nos hace el don de esta festividad que reluce, claramente, entre todas las otras fiestas del curso del año. La celebración litúrgica nos sostiene en las aflicciones que encontramos en este mundo.
Sobre todo, los de cierta edad, tenemos periodos de achaques, de dolores, de oscuridad. Y en la Pascua Cristo resucitado nos arrastra hacia la vida eterna con la fuerza de su resurrección.

Por medio de ella Dios nos concede aquella alegría de la salvación que acrecienta la comunión. Mediante la acción sacramental de la fiesta, de facto, nos funde en una única asamblea, nos une a todos espiritualmente. Nos hace encontrarnos cerca, también, de los que están lejos.

La celebración de la Iglesia nos ofrece la manera de orar juntos, de elevar, comunitariamente, nuestra acción de gracias a Dios. Ésta, es una exigencia propia de cada fiesta litúrgica, es un milagro de la bondad de Dios. Esto es, hacernos sentir unidos, solidarios, en la celebración, y fundir en la unidad de la fe a los que están lejos y los que están cerca, presentes y ausentes.
Así que si una comunidad, por el bien de la comunidad, celebra la Pascua fuera de la parroquia está ausente corporalmente, pero está unida, por el Espíritu Santo, a la parroquia.»
KIKO:

«Muy bien, hermanos, no voy a ser muy largo. Y si Dios me inspira espero daros una palabra. Pero como siempre, antes vamos a escuchar esta palabra de S. Juan que os va a ayudar, porque el Señor, que nos ha dado un don inmenso que es el Camino Neocatecumenal, un Carisma que tiene un sabor que recuerda a la Iglesia primitiva, con un sabor y una fuerza especial hoy en la Iglesia, en la que hemos sido convocados para anunciar el evangelio, para la nueva evangelización.

Sabéis que todos hemos sido convocados para celebrar los 50 años del Camino Neocatecumenal en Roma, donde juntamente con el Papa Francisco cantaremos un Te Deum de acción de gracias a Dios por su amor y por su fidelidad durante estos cincuenta años. Este es el folleto que hemos entregado a los obispos para invitarles a este encuentro, en el que recibiremos al Santo Padre, que incensará el Icono, la cruz y nos saludará. Después presentaré yo a los doscientos mil hermanos que vendrán de todo el mundo.»
«Escucharemos las palabras del Papa Francisco. Os lo digo porque estáis invitados todos y de Madrid os habéis apuntado muy poquitos; no sé por qué. ¿Es que no tenéis fe? ¿No tenéis entusiasmo? ¿No tenéis ganas de ir a Roma y conmemorar los cincuenta años del Camino con el Papa?»
«Lo tenemos todo previsto, incluso un aparcamiento que nos deja la universidad de Tor Vergata con capacidad para 2.500 autobuses.»
«Y para que vean lo que es el Camino, el Papa enviará treinta y cinco Missio ad gentes. Irán al estrado los treinta y cinco presbíteros que están llevando adelante estas missio ad gentesen toda Europa y que aunque ya fueron enviadas tienen que ser confirmadas por el Santo Padre; porque todas estas misionesad gentes, que tenemos cientos, han sido todas enviadas por el Papa Benedicto XVI y por el Papa Francisco. Éstas últimas que hemos enviado este año tienen que ser confirmadas y enviadas por el Santo Padre. Y también el Papa enviará veintecommunitates in missionem

«O sea, pensad lo que es el cristianismo, algo tan grande a lo que Dios os ha llamado y os ha elegido desde antes de la creación del mundo. Y os ha unido a nosotros, en su voluntad y en su diseño, algo verdaderamente impresionante: que el Señor viva en nosotros y esté en nosotros profundamente y que nos dé a participar, por el Espíritu Santo, de su amor. Y ese amor en nosotros nos lleva a hacer su voluntad. Y no hay cosa más grande que evangelizar, que salir, salir, como ha dicho el Papa, de nuestra comodidad, de nuestro sitio. Id. No es fácil, por eso yo estaba asustado de los hermanos, las comunidades que salieron en misión, pues tuve un encuentro con los responsables y las comunidades que salieron en misión y todos están muy contentos; no obstante que es difícil, que están lejos, etc. Porque el Señor nos acompaña.
Yo les dije claramente a todos: mirad, ser enviados en misión es muy importante por una razón, porque el peligro más grande que tiene el cristiano es el instalarse, el aburguesarse; es la comodidad, es acomodarse. Y el acomodarse nos lleva a la tibieza, perdemos el celo. Y sobre la tibieza, las palabras más duras de la Biblia las emplea contra los tibios. «Porque no eres ni frio ni caliente, estoy para vomitarte» dice Dios, «Te voy a vomitar, porque ojalá fueras frío, un comunista ateo, poniendo bombas. Ojalá, porque no eres nada, ni frío ni caliente, eres un comodón y un burgués, estoy para vomitarte»; eso lo dice el Apocalipsis.»


«Por eso, la tentación más grande que tenemos es el instalarnos. Yo se lo he dicho a los curas, a los párrocos: no hay cosa peor que un cura que se instala con su coche, con su dinerín, y pierde el celo por anunciar el Evangelio. Ese ya es un corrupto y le falta poco para que una mujer se lo cargue.»
«Porque no eres frío ni caliente estoy para vomitarte». Por eso, hermanos, os estaba diciendo que como ese es el peligro que tenemos todos ––yo también--, por lo que sea, porque somos cómodos, porque somos unos burgueses, estamos siempre huyendo de lo que nos incomoda o de lo que nos hace sufrir. Pero el hecho de que el Señor te envíe en misión, no eres tú el que has elegido ese lugar donde hay pobres o gitanos o musulmanes, lo que quieras, no lo has elegido tú, pues te ha mandado el Señor. Dice el Señor: «No me habéis elegido vosotros a mí», no habéis sido vosotros los que me habéis elegido y estáis en el Camino, «Os he llamado yo, os he elegido yo. Y os he elegido para que vayáis y deis fruto y un fruto que permanezca».
«Bueno, pues estar en misión, como no eres tú el que lo has elegido, Dios te da una gracia, que es su presencia. Y eso hace que no te permita instalarte, porque no has ido allí a un barrio lejano buscando tu felicidad o tu comodidad. No, te ha mandado el Señor. Te guste o no te guste has sido enviado. No hay cosa más grande que el Señor crea en ti y te envíe a anunciar el Evangelio donde sea, con los esquimales, con los indios jíbaros o a las minas… Donde te mande a dar testimonio del amor de Dios en Jesucristo. No hay cosa más grande.»
«Los que no tenéis ningún celo, que estáis tibios y sentados cómodamente, aburguesados, pues os tenéis que preparar porque Dios os ama y no puede dejaros que os vayáis al infierno. Por eso os va a mandar un cáncer, os va a mandar un follón… Algo os va a desinstalar, porque no hay mayor peligro para un cristiano que estar siempre buscando su comodidad.»
«Es perder el celo: «el celo de tu casa me devora» dice Cristo. El celo, porque es el celo del Padre que viene de Dios que quiere salvar a toda la humanidad; y por ello es tan grande el celo que tiene Dios por ti, por salvarte del infierno.
Acordaos de Jesucristo y las hijas de Jerusalén, la música del anuncio pasado: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, porque si esto se hace con el leño verde, qué no se hará con el leño seco». O sea, ¿qué es lo que tiene preparado el demonio para el leño seco? ¿Qué cosa es el infierno? Por eso Cristo ha venido a salvarnos, ha tenido que salvarnos de la muerte eterna, del infierno eterno. Que es eterno el infierno y existe es dogma de fe, no es un invento de la Iglesia para meter miedo a nadie; es real el infierno. Si no existiera el infierno, dicen, Dios no nos amaría, no nos habría hecho realmente libres.
«...Te puedes cargar un matrimonio si adulteras, sabes que no lo debías hacer pero te acuestas con la secretaria. Bueno, te estás jugando tu salvación eterna. ¡Bueno, pues mejor, mejor! Y así está lleno de adúlteros por todas partes. El adulterio en Israel es un pecado de muerte. Tres pecados son de excomunión y de muerte que merecían la lapidación en Israel: el asesinato, la apostasía y el adulterio. Y hasta hace muy poco tiempo, en España, los adúlteros estaban penados por la ley, iban a la cárcel.»
«Ahora ya han cambiado las normas porque estamos en una nueva cultura de una mal llamada libertad, de hacer lo que quieras porque todo el mundo te aplaude. Te puedes cargar el matrimonio y lo que quieras y lo hijos que sufran. Tú te acuestas con tu secretaria del trabajo, aunque esté casada y listo. Esto es la realidad.»
«Pero vosotros hermanos habéis sido llamados por Dios a ser testigos de un amor nuevo y nos ha dado ––si es que os lo ha dado–– de su Espíritu, que nos hace hijos de Dios, que nos hace santos, que nos hace amigos de Dios; y que nos hace partícipes de la vida inmortal. Por eso los cristianos brillan en esta generación perversa y adúltera como una luz en medio de las tinieblas. Si es que tú brillas, que a lo mejor tú no brillas nada porque eres una cómodo (sic), no tienes celo. No sabemos. Yo quisiera ser un buen catequista y os he escrutado muy poco. Hemossojuzgado poco vuestra fe, hemos sido benévolos…»
«Tú, si eres un pagano, eres capaz de pagar para ver sádicamente los espectáculos sangrientos; estáis viendo películas llenas de muertes, que está prohibido a un cristiano ver eso. Las pompas de Satán que llama la Iglesia, que son los espectáculos no solamente inmorales de sexo, sino también espectáculos sangrientos. Porque a los paganos les gustaba ver la sangre correr y los espectáculos de los gladiadores. Y morían allí delante y todos decían: «¡Mátalo, mátalo!». Tenían que matarlo y que se viera la sangre porque eso es la degeneración del paganismo. El paganismo está en manos del demonio que es el príncipe de este mundo.
Habéis sido sacados de las tinieblas y del reino de satanás y habéis sido metidos en una comunidad cristiana y se os ha dado un camino de educación a la fe, de formación. Digo esto para exhortaros, exhortaros.»
«Bueno, pues Dios para ayudar a nuestra poca fe, porque somos todos pecadores y pobres, todos, porque la carne es débil, aunque el espíritu está pronto, entonces Dios ha establecido una ayuda impresionante que es la Santa Noche. Para ayudarnos a todos ha decidido pasar y destruir el imperio del faraón
Todos tenemos necesidad de la Pascua del año 2018; todos, todos.»
«No sé cómo os estáis preparando para este Vigilia. No sé si ayunáis, la Iglesia nos invita a ayunar, a dar limosna abundante a los pobres y nos invita a rezar. Oración, ayuno y limosna, tal y como se nos ha invitado durante la Cuaresma, para tenernos vigilantes. Y, además, porque como sabéis, en esta Santa Noche, Dios ha prometido que retornará su Hijo. …En esa noche, el 14 de Nisán, el pueblo hebreo, en la que conmemoran la salida de Egipto, dice que en esa noche harás Hagadá, que significa «contarás» a tu hijo quién soy yo, lo que hice por ti cuando estabais esclavos en Egipto: cómo yo te saqué con brazo fuerte y te he llevado a una tierra de libertad que mana leche y miel. Esa noche no dejarás de contar a tus hijos lo que Dios ha hecho por ti, que Dios existe.»
«En el Hagadá que hacemos nosotros en la Eucaristía viene todo el Hagadá pascual hebreo.»
«Jesucristo, que era un hebreo, celebró la Pascua con sus discípulos. Y ahí tenía los dos signos fundamentales sobre los que gira la Pascua hebraica, que es el pan ácimo y el vino de la Alianza.
Pero sabéis que Jesucristo en esa noche hizo una cosa sorprendente. Cogió el pan ácimo y dijo: «Esto no será ya para vosotros el pan de la salida de Egipto: esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros». Y cogiendo la copa dijo: «Tomad y bebed todos de él, este es el cáliz de mi Sangre que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados».

«Los dos signos: el pan de la aflicción y la copa de la libertad. En esa noche, los hebreos hacen presente, hacen un memorial (cicarón = memorial). Y también lo dice el sacerdote en el Misa: este es el memorial o es el sacramento de nuestra fe.


«Dios quisiera que nosotros, a un mundo lleno de tinieblas y sin esperanza fuéramos una luz y les trasmitiéramos lo que ha dicho Carmen en lo que hemos leído en esta catequesis. No sabéis todo lo que ha dicho Carmen, un mamotreto así de gordo, de todas las veces que os ha hablado durante estos 50 años de la Pascua y de Adviento; y tiene cosas extraordinarias, porque era muy inteligente y muy inspirada, que es vuestra catequista junto conmigo y con el P. Mario. ¡Y lo que nos ha inspirado el Señor por amor a vosotros!  ¿Quiénes sois vosotros que os merecéis a Kiko Argüello, a un artista como yo? ¿Quiénes sois? 
¡Qué cosa curiosa! ¿Por qué yo tengo que dar mi vida por vosotros? ¿Me pagáis algo? ¿Me habéis comprando una casa, un coche?»

«¿Es que alguien me obliga? ¿Es que tengo una ordenación de la Curia para algo? ¡No tengo nada! Pues es Dios el que nos ha unido y el que quiere que Mario y yo ––y ahora Ascensión–– pues os ayudemos en vuestra fe. Lo ha pensado desde antes de la creación del mundo para vosotros porque os ama.»

…«Buenos, hermanos, esta noche tengo que daros una palabra: el kerigma. Y ¿qué es lo que dice el kerigma? Lo digo para que os vayáis contentos. Pues el kerigma dice una cosa sorprendente y es que nos hace mirar a Cristo crucificado. Y ¿por qué nos hace mirar a Cristo crucificado? Porque nos dice la Palabra de Dios que esto que veis (señala el crucifijo), en él está presente, está reflejada, la substancia divina. La substancia es una palabra filosófica. ¿Qué es la substancia? ¿De qué substancia está hecho esta funda de la Biblia? Pues decimos: «De plata». La substancia es la plata. Y esto de bronce. Y ¿cuál es la substancia de Dios? ¿De qué está hecho? ¿Cómo está hecho? Pues la Palabra nos lo dice. Bueno, lo que nos dice es que miremos a Jesucristo, que él es imagen de la substancia divina, de Dios. Y ¿qué es lo que vemos en esa imagen de un hombre crucificado?
Ya os he explicado muchas veces ––que no se habla bien en esta semana de Pasión–– lo que significaba la crucifixión, que dice el filósofo Cicerón que ni hubo ni habrá jamás un suplicio semejante. ¡Era un horror!»
«Entonces, la Iglesia nos invita a mirar a Cristo crucificado. …Y ¿qué es lo que vemos? Pues que ese hombre que está sufriendo tanto está sufriendo por ti y está sufriendo por mí. Cristo se entregó por todos los hombres. Claro que la Sangre de Cristo, que era Sangre de Dios, tiene valor infinito. Cristo lo entregó por ti, ha muerto por ti. Por eso los cristianos primitivos tenían mucho cuidado de no volver a crucificar a Jesucristo con el pecado. Lo dice la epístola de S. Pablo: «¡Ay del que vuelva a crucificar a Jesucristo, porque no tendrá ya salvación!». El que sabiendo lo que Cristo ha hecho por él, que con toda conciencia y habiendo sido bautizado y perdonado y metido en una comunidad, crucifica de nuevo a Jesucristo, pues que se prepare. Por eso tenemos que estar todos vigilantes, porque el demonio, a todos, y a los curas más, nos ronda buscando a quien devorar.
El Kerigma dice eso. ¿Qué dice? Que Cristo ha muerto por ti, sí, por tus pecados, y que Dios le resucitó para nuestra justificación. Porque si entregó su vida por ti y el Padre aceptó lo que se llama su oblación vicaria (vicario es uno que se entrega por otro), si el Padre aceptó que él se entregase por ti, que muriera por ti, entonces, si Él ha muerto en tu lugar tú ya no mueres. Y como Dios aceptó la muerte de Cristo por tus pecados su resurrección muestra tu justificación; murió y fue resucitado para nuestra justificación. Demuestra que Dios aceptó su oblación y ya no tienes que morir, eres libre de la muerte. Y ¿qué dice el Kerigma? Que no solamente fue resucitado para nuestra justificación, sino que lo elevó por encima de todo poder, de toda virtud y de toda dominación y lo sentó a su derecha. Eso de sentarlo a su derecha significa que lo constituyó Kyrios, sacerdote eterno para siempre, sumo sacerdote para siempre, para que intercediera por nosotros. Entonces, ahora mismo, en el cielo, Jesucristo está intercediendo por cada uno de los que me estáis escuchando. Y ¿por qué?
Porque la substancia divina es amarte, amarte. Y ¿eso qué es? ¿Qué es el amor de Dios? No es un sentimiento como se siente por una chica o por un chico. ¿Qué es el amor de Dios? Pues Cristo mismo nos lo dice, lo hemos escuchado esta tarde en el evangelio: «Padre, yo en ellos y tú en mí para que sean perfectamente uno como tú Padre estás en mí yo estoy en ti, perfectamente uno». ¿Qué es esto de la unidad? ¿Uno? ¿Perfecta unidad? Dice Jesucristo que cuando nos eligió y nos dio una comunidad cristiana, nos dio esa comunidad con una sola condición: para que viendo cómo nos amamos mostremos esta unidad porque tenemos vida eterna dentro en la dimensión del enemigo; el enemigo que es tu mujer, que es tu hija que se fue de casa, que es tu marido, lo que sea, pues Dios te da la ocasión de amar a los demás, a tu prójimo, en una nueva dimensión: «Como yo os he amado». Cristo nos amó cuando éramos sus enemigos, no opuso resistencia a nuestras bofetadas ni a los salivazos ni a la tortura de la cruz. No, se ofreció como un manso cordero dándonos ejemplo de cómo tenemos que hacer nosotros. Tú, mujer, tienes que ser una corderita con tu marido; tienes que ser mansa, humilde, mansa con tu marido en casa; no puedes ser violenta, no puedes responder a la violencia con la violencia; no puedes. No, somos cristianos.
Pero no solamente es para que os améis como yo os he amado, sino que os he metido en una comunidad para que seáis perfectamente uno. Y si sois perfectamente uno el mundo creerá, se convertirán, porque todos están buscando el amor y la perfecta unidad, es algo que está sembrado en el corazón mismo, en el fondo de todo hombre. Solamente que están esperando que aparezca. Y no aparece por ninguna parte. Aparece la violencia, los espectáculos inmorales y violentos. ¿Dónde ven los hombres normales la perfecta unidad? ¿Dónde? ¿Dónde está eso?»
«Dios ha suscitado el Camino Neocatecumenal. Claro, esa sería una pregunta muy importante para que os hagáis en la próxima convivencia: ¿Es que en nuestra comunidad somos uno?; primera pregunta. Y segunda: ¿Qué tenemos que hacer para ser perfectamente uno? Porque si no, mejor apaga y vámonos, porque solamente de esta forma, dice el Evangelio, cumpliremos nuestra misión.»

«¿Cómo se es perfectamente uno? A ver, no sé si alguno lo sabe. ¿Cómo es? ¿Tenemos que repartir el dinero? ¿Es eso? ¿Se refiere al dinero? ¿A qué se refiere ser «perfectamente uno»? Claro, si somos uno no podemos llamar por teléfono y criticar a un hermano, eso está prohibido: juzgar, criticar, hablar mal de nadie; por ejemplo. Que seamos perfectamente uno, uno.

La substancia divina ––y esto es lo más importante de lo que voy a decir esta noche–– es que si conociéramos el amor de Dios sabríais que Cristo está en estos momentos delante del Padre, pensadlo bien, está en el cielo, presentando sus llagas gloriosas solamente por una cosa: que Dios quisiera realizarse como Dios en ti. Fíjate lo que he dicho: Dios quiere realizar suser Dios en ti. ¿Cómo? Siendo uno dentro de ti. Como el Padre es uno con el Hijo, así Dios quisiera ser en ti perfectamente uno. «¡Ay, qué bonito, Kiko! Y eso ¿cómo se hace? ¿Cómo se come eso? ¡A ver, dínoslo tú! ¿Cómo puede ser en mí el amor de Dios perfectamente uno en mí?» Pues es una buena pregunta. Yo te respondería: «¡Con el Espíritu Santo!». Sin el Espíritu Santo tú no puedes ser uno ni con Cristo ni con su Padre. Dios te manda su Espíritu Santo. «Entonces, Kiko, según lo que tú no (sic) estás contando queda claro que yo no soy uno con el Padre ni con el Hijo, porque de alguna manera yo me resisto a la acción del Espíritu Santo. ¿Verdad? Porque es el Espíritu Santo el que logra que yo sea perfectamente uno con Cristo. Y ¿por qué me resisto al Espíritu Santo?». Piénsalo. Pues te respondería con el Evangelio: «el que no odia su vida la pierde». Más: «el que no odia su propia vida, no puede ser mi discípulo». Y aquí muchos no habéis perdido vuestra vida. Dirigís vuestra vida como os da la gana; vuestro matrimonio es como os da a vosotros la gana; vuestros hijos como quisieras que fueran. Todo así.»
«Aunque os hemos dicho que el catecumenado es una escalera para que, poco a poco, a través de la comunidad conozcáis vuestros pecados y nos despojemos del hombre viejo y lo sumerjamos en las aguas de nuestro bautismo, eso no se ha hecho. Reconozcámoslo. O se ha cumplido muy poquito.
Entonces, Dios ha entregado a su Hijo por ti para que tú ya no vivas tu vida, sino que Cristo viva en ti y tú ya no hagas tu voluntad absolutamente. Porque tu vivir es Cristo. Así de claro. ¿Mañana te dice Cristo que te levantes pronto y que vayas a Misa o que reces los Laudes o no sé qué cosa, o que tienes que ir a buscar a los pobres y darles limosna, o que tienes que pedir perdón a todos los que detestas? No sé, no sé, yo no sé cuál es la voluntad de Dios para ti.»
«Por eso es interesante lo de la Gran Misión en las Plazas. Os he traído el panfleto que Dios nos inspiró de queteníais que salir durante el tiempo pascual. Son cinco encuentros, durante los domingos de Pascua ––está escrito aquí–– para ayudar a vuestra fe.»
«Tercer encuentro: buscáis un hermano, un catequista, que tiene que anunciar el Kerigma.Y en ese encuentro dirá a los que escuchan: «Esta es la noticia de tu salvación: si la escuchas y la crees te salvarás». Es el tercer encuentro.»
«Y después, si algunos hermanos dicen que sí, entonces hablamos con la parroquia cercana y les invitamos a unas catequesis, en una local. Muchas veces, en muchos sitios, viene gente pagana, que les resulta muy difícil ir a una parroquia porque no les gusta la estructura eclesial. Es como si a mí me interesa escuchar qué es el Islam y he conocido unos musulmanes muy majos que me han dicho: «¿Quieres que te expliquemos que es el Islam?». Y les digo: «Pues muy bien». Pero después me invitan a ir a la mezquita y les digo que no: «¡No, a la mezquita no voy!». Pues eso sucede con mucha gente que nos escuchan, pero no les invites a una estructura, tienen miedo que los captes y los metas en una cápsula porque toda su vida han pensado que la Iglesia es un horror, que tiene encasillada a la gente, que son unos moralistas. Son todos los prejuicios que el demonio ha alimentado fuera de la Iglesia y de los que hemos participado muchos cuando estabais en el mundo. Por eso hay que ver cómo ayudar a esos hermanos que desean continuar. ¿Cómo lo hacemos? Pues a lo mejor buscamos una familia y vienen tan contentos con una familia. «Oye ¿tienes tú un salón en el que quepan doce personas? Es que son doce los que han pedido ser ayudados». «¡Sí, hombre, venid a mi casa!». Y allí es estupendo, hay muchas familias están haciendo así las catequesis.»
«Yo os he dicho algunas pinceladas sobre lo que es el cristianismo y algunos habréis descubierto que si esto de lo que os he hablado es el cristianismo, no sois cristianos. Y, efectivamente, tienes razón
Como sabéis, el Poema de las Cuatro Noches, que es muy antiguo, dice que Dios ha establecido unos jalones en la historia que son las cuatro noches.
La primera noche es la noche en la que Dios hace la Creación. «¡Hágase la luz! Y la luz se hizo», que son las lecturas de la Vigilia pascual, en la que la primera lectura habla de la Creación, los seis días de la Creación que crea de la nada.
La segunda noche es cuando aparece la fe sobre la tierra. ¿Segunda lectura de la Vigilia pascual? ¡Abraham que va a sacrificar a su hijo! La fe es el don más grande que hay en la tierra; la fe, que es una virtud sobrenatural que viene de Dios; la fe es un regalo que Dios ha hecho a los hombres. Es la noche en la que aparece la fe sobre la tierra, es cuando Dios le dice a Abraham: «¡Mira las estrellas del cielo! Así será tu descendencia». Y sostenido por la fe que Dios le da a nuestro padre Abraham, y Abraham, dice S. Pablo, no miró su propio cuerpo; era viejo y sin vigor; y la matriz de su mujer estaba muerte, era estéril, pues era ya vieja y ya no tenía la menstruación. Pues no, no miró ni a la matriz muerta de su mujer ni a su vejez, sino, como dice S. Pablo, mirando al que le hablaba creyó. Aparece la fe sobre la tierra, pues Abraham creyó que Dios era capaz de realizar lo que le prometía. Eso es grandísimo, pues no dudó de que Dios le iba a hacer padre de una multitud de pueblos tan grande como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Y así es, hoy Abraham es considerado padre de tres religiones: de la hebraica, de los musulmanes y de los católicos y cristianos; también los protestantes; millones y millones de hombres, se ha cumplido totalmente esa palabra. La segunda noche es cuando aparece la fe sobre la tierra.
La tercera noche es, como sabéis, cuando Dios abre el mar mostrando con ello que va a abrir la muerte, que va a abrir un camino a través de la muerte. Y el mar se abrió y su pueblo pasó; el mar que, como dos barreras a derecha e izquierda, le abrían paso.
Y esa tercera noche anuncia la cuarta noche en la que viene Cristo.»
«Si os invitan a una celebración pascual hebrea, en la mesa habrá un sitio libre. Ese sitio es para Elías».
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