sabato 6 ottobre 2018

Convivencia de inicio de curso 2018-2019.

Immagine correlata

(I)


Porto San Giorgio
27-30 de septiembre de 2018

JUEVES, 27 de septiembre
Aviso de que la convivencia comienza a la mañana siguiente

VIERNES, 28 de septiembre
(Día de conversión y ayuno)

10 h – NOTICIARIO DEL CAMINO
«KIKO:
Veremos lo que el Señor quiere en esta convivencia. Estoy cansado, pero el primer pensamiento que me ha venido esta mañana ha sido que debo dar mi sangre, hasta la última gota, por esta convivencia. Para mi físicamente son cansadas, pero debo hacer la voluntad de Dios.»

«Como siempre comenzamos con las presentaciones. Las presentaciones son muy importantes porque es el único momento que tenemos para vernos. No nos vemos nunca, no sabemos lo que sucede, cómo estáis, qué hacéis. En el momento de las presentaciones puedo pedir a un matrimonio que se levanta de dónde viene y por qué está aquí. Es el momento de presentarnos, conocernos, por eso es muy importante.



Esta es la convivencia de inicio de curso y están invitadas nuestras comunidades.



Yo soy Kiko, en equipo con el P. Mario, y con nosotros está María Ascensión Romero que ha sustituido a Carmen. Ha sido ya aceptada oficialmente por la Santa Sede con una carta del Cardenal Farrell, donde escribe que espera que pueda llevar a cumplimiento todas las semillas de evangelización, de espiritualidad nueva que Carmen había dado al Camino. ¡Esperemos que el Señor la ayude a hacer esto! Es de un pueblo español: en España se dice que en el mundo hay ¡brutos, mas brutos y de Tudela! “Bruto” no en el sentido de feo(italiano), bruto significa cabezón, cabeza dura. En el mundo hay brutos, gente muy cabezona, después los más brutos, y finalmente los de Tudela. Ella es de Tudela, como Carmen, ¡debe de ser un regalo que nos ha hecho Carmen!»




«Bien, comenzamos con las presentaciones con calma, así nos vemos, nos decís cuántos han muerto, veamos cuanto habéis envejecido...»





«Es el único momento en que nos vemos porque, ya, para nosotros es imposible visitar las comunidades, aunque lo intentaremos. Si Dios nos da fuerza y salud haremos su voluntad respecto a vosotros. Dios nos ha unido desde hace tantos años, nos ha ligado y continúa a ligarnos (sic) gracias al Espíritu Santo, no por voluntad nuestra, y está haciendo una obra.

Vosotros sois las primeras comunidades del mundo; aquí están las primeras comunidades de España, de Madrid, de Barcelona, Zamora, las primeras comunidades de Italia, de Paris, las que Dios ha querido que hiciésemos nosotros. En Roma llevamos solo cuatro parroquias. Comenzamos presentando las comunidades de España.

Sabéis que el Señor ha llamado al cielo a Danielle, la mujer de Giuliano Bonomi[i]. ¿Cómo vas, querido viudo? Dios se preocupa de las viudas y de los viudos.»



GIULIANO:

«Hemos visto señales muy fuertes. El 30 de agosto le habían dado un mes de vida. Cuando ha pedido ir a morir a casa hemos acondicionado un hospital en casa. El martes, vigilia del 8 de septiembre, de modo inexplicable desde el punto de vista médico, todo se ha precipitado, con un breve momento de calma.»




«Después, el sábado, se ha precipitado todo de nuevo. La Virgen ha venido a buscarla el 8 de septiembre.»



«Hemos visto que el Señor le ha ahorrado muchos sufrimientos. Hemos visto, como un signo, el hecho de que el Señor la haya tomado el día de la Virgen. Danielle era muy devota de Ella, siempre rezaba el rosario, se dormía rezando el rosario. Después el día del Santísimo Nombre de María hemos celebrado los funerales. Yo estoy siendo sostenido internamente, aunque el dolor es muy grande, después de 42 años de matrimonio.»


KIKO:

«¡Existe la comunión de los santos! Aquí no muere nadie Cristo ha vencido la muerte para nosotros. Nosotros somos testigos para el mundo entero, para el universo, de la victoria de Cristo sobre la muerte.»







«El Padre ha tenido piedad de una humanidad que se había separado de Dios, que le había pedido la autonomía moral absoluta y el hombre se hacía Dios de sí mismo, rompiendo toda relación con su creador, con Dios. Esto ha precipitado a la humanidad en todos los males que cuenta la Escritura, muy horribles, de violencia, tanto que Dios, dice la Escritura, se arrepintió de haber creado al hombre y pensó en destruirlo (cf. Gen 6,6). Ha mandado el diluvio universal, pero gracias a Noé y a 8 personas, imagen del bautismo cristiano que salvará la Iglesia en el futuro, Dios promete que no destruirá más a la humanidad y da como signo el arcoíris: lo que indica que la lluvia ha cesado y la luz ilumina las gotas de lluvia, que todavía quedan suspendidas y se transforma en los siete colores en que la luz se descompone.»




[i] Itinerante, responsable del norte de Francia y Bélgica, de la 1ª comunidad de la Bonne Nouvelle, Paris


***

(II)


KIKO:
«Hoy debemos dedicar dos horas a la oración con la Palabra, preparándonos a un examen de conciencia, a una confesión general.»



«El Señor está dispuesto, está contentísimo de darnos el perdón de todas nuestras faltas.»



«Como decía Carmen, una cosa es la misericordia que hace referencia al corazón y otra cosa es la palabra hebrea «rahamim», que hace referencia a la matriz de la mujer. Por eso la conversión para Israel es como un nuevo nacimiento, una regeneración. Esto ha pasado en el Iglesia Católica. Convertirse hoy, significa entrar en el útero de nuestra madre, la Iglesia, y ser transformados por la gracia del Bautismo.»




«Ahora hacemos media hora de descanso. Son las 11:30, sabéis que hoy hacemos una mañana de conversión. Debéis venir a las 12 con la Escritura. Os daremos un tiempo para escrutar, en el campo, en preparación a la penitencial, hoy hacemos ayuno, no se come; si alguno tiene necesidad de comer podéis ir al Bellavista.



Tiempo de descanso, 15 minutos»


LAUDES 12,30 h




Monición al II salmo:

ASCENSIÓN:

«Kiko me ha invitado a deciros algo a vosotros que sois los catequistas de la primera hora. Estoy asustada y me pregunto: ¿quién soy yo?»

«Verdaderamente hoy Dios nos ha llamado a una cosa muy grande. Hoy Dios nos quiere dar su resurrección, como decía Carmen, quiere llevarnos a la resurrección. No existe ninguna teología que pueda «explicar» esto: no hay explicación. El Señor nos ama así y quiere darnos hoy la vida eterna. Ahora proclamamos un cántico de Isaías. S. Pablo, en el Himno de la Kenosis, dice: «En el Nombre de Jesús se doble toda rodilla». Y es a esto a lo que nos llama el Señor: a reconocerlo como nuestro Señor. En este salmo se ve la situación del pueblo en el exilio, pero con una esperanza y es lo que el Señor nos quiere dar hoy. El Señor nos ha elegido para algo grande: ser testigos de su resurrección y anunciar el perdón de los pecados en esta generación, que se ha perdido en el relativismo, en tantas utopías. No sé si habéis leído la noticia que viene de Gran Bretaña —me ha impresionado mucho— que decía que en los últimos ocho años han aumentado el 2400% los niños adolescentes que han pedido el cambio de sexo, que están sufriendo la disforia de género, conexa a la ideología de género. Viendo esto, estas utopías de nuestra sociedad, el Señor nos ha elegido para mostrar la luz, la verdadera luz. En este salmo se dice muchas veces: «Yo Soy»; lo que necesita nuestra sociedad, y también nosotros, es retornar al decálogo.»

«Yo Soy»: es lo que tenemos necesidad de ver hoy. Esperemos que el Señor en este día, con el sello del sacramento, nos lleve a ver, a tocar con la mano, que Él está en nuestra vida, con nuestras crisis, con nuestros sufrimientos, como el pueblo de Israel.»

«Pueblo elegido en el que Dios ha realizado tantos milagros, les ha preparado un futuro e Israel ha respondido siempre con la traición. Es impresionante ver que, hoy, este pueblo es como Pedro que en el inicio tiene tanto entusiasmo —como nosotros, quizás, que teníamos tanto entusiasmo, y a lo mejor hoy tenemos un poco menos— pero el Señor ha tomado a Pedro con todo su entusiasmo y Pedro lo ha abandonado, lo ha traicionado, como nosotros. Ha sido el mismo Señor el que ha ido a buscar a Pedro, como ha sido el mismo Dios el que ha abierto una puerta para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud. Hoy nos viene a buscar a cada uno de  nosotros. Lo que no podemos darnos —Carmen lo repetía tantas veces y me impresionaba siempre— con nuestras fuerzas es la resurrección: esto es un don de Dios y es lo que el Señor nos quiere dar hoy. Experimentar la  resurrección pasando a través de la muerte, viendo nuestros pecados.




Este Cántico, donde se repite tantas veces: «Yo Soy», nos invita a volver al Decálogo. Tantas veces Carmen nos hablaba del Decálogo para hacernos ver nuestros pecados, para ayudarnos a hacer el examen de conciencia. En la entrada de la Domus está escrito: «Yo Soy» y al lado está escrito: «No matarás». Matar al otro con nuestros juicios, con nuestro desprecio, con tantos pecados que habíamos hecho y hacemos. «Yo Soy», Dios es aquel que ha dado la vida al otro y cuando destruimos al otro, en cierto modo destruimos a Dios



«Es muy fácil hacer nuestra justicia, como hacen los terroristas que se justifican, matan porque tienen su justicia, también nosotros podemos matar al otro para hacer nuestra justicia y este sacramento, todo este día nos invita a entrar en la verdad de nosotros mismos, sin miedo, y ver que Él es Dios, experimentar el perdón para poder amar a Dios llevar en nuestra carne el perdón de Dios para poderlo anunciar. No podemos anunciar lo que no vivimos

«Carmen hablaba siempre del viaje maravilloso que es entrar en las Escrituras. Hoy tendremos un tiempo en el que el Señor nos dará tanta luz, siempre nos ha conducido en este viaje maravilloso, regalo que han descubierto Kiko y Carmen para nosotros. Esperamos que hoy el Señor nos lleve a la verdad, a volver al «YO SOY» —Dios Es—, para poder entrar en la muerte sin miedo. En este sacramento que realiza lo que dice, con estos signos, el Señor nos lleva a la vida y a la resurrección.»

***


(III)


Monición al III salmo:
KIKO

«Me venía a la mente que el Señor ha dicho: donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Aquí somos más de dos o tres. Donde hay dos o tres hermanos que se reúnen en mi Nombre allí estoy Yo. Y aquí somos más de dos o tres reunidos en el Nombre del Señor. Esta convivencia no es una rutina, el que la vive así está ya excluido del Señor y de nosotros

«Se escucha si el Señor te hace escuchar, nos convertimos si el Señor nos convierte. Por eso debemos ser humildes: nosotros no deberíamos estar aquí, sino en la cárcel, o fuera, como tanta gente, como millones y millones de hombres que no conocen una palabra del Señor. Está claro que el Señor ha preparado esta convivencia para algo, para ti, pero podemos volver vana la gracia y salir de aquí como hemos entrado; por eso debemos ser humildes y pedir al Señor: ¡ayúdame Señor, que yo haga tu voluntad! Me has traído aquí para algo y me quieres dar algo, prepárame, para que pueda trabajar en tu viña. ¿Qué quieres que haga?»

«Es una gracia grande que el Señor te invite a una asamblea donde Él está en medio porque quiere que tú te encuentres con El, quiere que yo me encuentre con El. El, que es nuestra salvación, nuestra consolación, nuestra alegría, nuestra resurrección. El, que nos da la vida inmortal: ¡Ah! Si viviésemos la fe participando de la vida inmortal, siendo hombres ya salvados, resucitados, co-resucitados con Cristo.»

«Nos queda aún un poco de tiempo, pero después nos espera una gloria inmensa porque Dios, en su naturaleza, en su esencia es difusivo de sí. Por eso te ha creado, para que tu participes totalmente de Él y sepamos que ama dándose totalmente, hasta el extremo, haciéndose uno con la persona que ama. Por eso los cristianos dicen: “no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mi” (cf. Gal 2,20). Porque Cristo está en nosotros totalmente entregado, absolutamente entregado. “Sed perfectamente uno y el mundo creerá” (cf. Jn 17,23). ¡Se uno! No es fácil, estamos distraídos, llenos de pecados, somos estúpidos, tontos, somos pecadores.»

«Dios entiende que somos débiles, por eso nos trae aquí, para ayudarnos, para exhortarnos, para ayudarnos en el proceso de conversión que es la vida del cristiano.»


«Como dicen los Padres de la Iglesia: de nuestro bautismo mana un agua purísima que dice así: ¡hoy conviértete! ¡Hoy! Hasta ahora ¿te has convertido? ¡Para nada!»





«¿Qué es convertirse? ¿Darle la vuelta a tu vida? ¿Qué es la conversión verdaderamente? Por eso tenemos necesidad de ser ayudados. ¡Dios nos ha dejado a Cristo y con El los signos de su presencia, en el sacramento de la reconciliación, sacramento del perdón de nuestros pecados! El querría concedérnoslo para curarnos profundamente. Está claro que los sacramentos van más allá del sentimiento.
No siento a Cristo… esto no importa nada, va más allá de esto. Los sacramentos actúan en lo profundo del alma humana   si estamos aquí después de tantos años es gracias a los sacramentos, a tantas Eucaristías, tantas penitenciales, tantas celebraciones de la palabra, porque el Camino es todo celebrativo, ni hay conferencias, no hay lavado de cerebro, sino solo celebraciones, celebraciones, celebraciones…»


«Porque el autor del Camino es el Espíritu Santo y cuando se le invoca, el viene a nosotros y obra en nuestro espíritu y después de 50 años todavía estamos aquí: ¿por qué?»

«¿Por qué estamos aquí todavía? Debemos estar atentos a la acción del Espíritu Santo en nosotros para entender lo que quiere el Señor de mí, qué debo hacer. ¿Tengo todavía ocho años de vida? ¿Diez, quince, doce, cuatro? En estos cuatro años que me quedan: ¿qué debo hacer? Se vive solo una vez, una sola, se apaga la luz y nos vamos de aquí y no se vuelve: lo que has vivido, has vivido. Por eso debéis estar muy atentos a la historia que Dios hace con cada uno de nosotros.»

«Hemos dicho que nuestra historia es santa y que solo el tonto piensa vivir la vida pasándoselo bien.»

«La historia tiene un significado, todo lo que sucede en nuestra historia, en positivo, pero sobre todo en negativo, no sucede por casualidad


«Ante aquello que nos humilla, debemos preguntarnos: ¿por qué el Señor me pone en esta situación? ¿Qué quiere de mí? ¡Conviértete y el mundo será redimido! Esto quiere el Señor: tu conversión. ¿Qué significa conversión? Total abandono a la voluntad de Cristo, porque eres uno con Cristo, tu vida no es tuya, le pertenece a Él. Cualquier cosa que suceda en tu vida, es santa, profunda y tiene un significado escatológico. Esto dice la Fe. La verdadera interpretación de la realidad 
histórica de tu vida es escatológica. ¿No lo sabíais? Tiene relación con tu vida futura, con el cielo. Por eso debemos estar muy atentos a cómo respondemos a los hechos pequeños y a los grandes de nuestra historia.




Estemos atentos a lo que Dios permite, lo que Dios ha preparado para nosotros. Dios entiende que somos muy débiles y prepara esta convivencia para exhortaros, para que escuchéis una palabra, para que se nueva tu alma, de otra forma eres como un asno que no entiende nada. Dar gracias al Señor de que alguien os exhorta, también eso es una gracia. Que algún hermano, yo en este caso, os exhorte, os ayude, mueva tu espíritu, te ponga en movimiento. Te trae fuera de tu burguesía, de tu instalación, sentado en tu yo, inmóvil, mientras todo el universo está marchando a toda velocidad, impresionante.»


«Ciertamente somos una realidad que nos transciende, pero más importante que esto es saber que Dios, conociendo nuestra debilidad, nos da esta convivencia para curar nuestras heridas, derramar el óleo de su amor sobre nuestras heridas y el vino de su sangre derramado por nuestros pecados. Quiere darse a nosotros, porque esta es su misma naturaleza. ¿Qué es Dios? Amor a ti, total, total hasta la muerte, aunque seas el más malvado de los hombres y lo odies y lo detestes, lo mates, Él se ofrece por ti.»



(IV)


KIKO:
«Me gusta cantar esta mañana el canto de Zaqueo ya que nos ayuda mucho porque Jesús dice algo que subrayamos profundamente: “Conviene que yo entre en tu casa, es necesario”.»


«¿Por qué es necesario? Porque pienso invitarte a Patagonia, donde hay tribus aisladas, que no conocen a Jesucristo: pienso enviarte a ti. Pero para eso tengo necesidad de entrar en tu casa, de vivir en ti, de modo que te abandones totalmente a mi voluntad y puedas ir a Patagonia, de otro modo tú no te mueves. O sea, conviene que Yo entre en vuestra casa para poder evangelizar el mundo de hoy; si no entro en vuestra casa no hacéis nada, id a la comunidad así…
Por eso es muy importante este canto. Lo cantamos.»

«Todos viven para sí mismos, todos: en la universidad todos los jóvenes están estudiando Derecho, tienen una novia, están buscando trabajo, todos viven para sí mismos, en todo buscan su propia felicidad, a sí mismos. Esto es lo normal, vivir para sí mismo; pero esta es la herida del pecado original que invade el mundo.»

«Somos siempre muy tontos, no nos damos cuenta del milagro que es vivir y existir. Que otra cosa podemos hacer sino ponernos de rodillas y decir: «Heme aquí, Señor, haz de mí lo que quieras. Tu eres el Único, el Único que amas verdaderamente a toda la humanidad. Te doy gracias porque me has dado la vida y ahora me llamas a colaborar con tu Hijo en la salvación de los hombres. Heme aquí: ¿dónde quieres que vaya? ¿Qué quieres que haga? ¿Que me case, que no me case, que me haga cura, que vaya itinerante? ¡Lo que tú quieras, no vivo ya para mí! Eres Tú, a Ti pertenece mi vida. Dime lo que debo hacer, cómo puedo vivir en Ti, totalmente en Ti, de modo que no seas más yo el que vive, sino Tú que vives en mí».



SCRUTATIO DE LA PALABRA

KIKO:
«Bien, hermanos, ahora tenéis que ir todos con vuestra Biblia a escrutar el texto de Romanos 7,24.

Esta es una convivencia de formación de catequistas, y las notas de la Biblia de Jerusalén han sido hechas por los mejores teólogos, como Lyonnet, Benoit y tantos otros; las notas son una obra de arte.»

«Estudiar bien las notas te da una formación bíblica que debes de tener, una formación profunda, te da la clave porque tú eres un catequista. Deberías conocer la Escritura, vivir la Palabra de Dios, la Palabra de Dios debe ser para ti todo, la Presencia de Cristo en ti, el contenido.»

«A no ser que quieras ser echado de aquí, porque eres como un trozo de madera en medio de nosotros, que ni sientes ni padeces. Pero no, pienso que no, el Señor todavía no te ha descartado. Si te ha descartado dentro de pocas convivencias no estarás más aquí, harás tu vida, tus cosas. ¡Pero no, esperamos que no!»

«Entonces, ahora id a escrutar: son las 14 h. Y estaremos dos horas escrutando la Escritura; id al «bosque mítico» que hemos hecho, a la Yeshivá, o aquí, o bajo una palmera.»

«Ya os hemos enseñado que partiendo de este texto se buscan los paralelos; tomáis un paralelo y de ahí encontráis otros tres paralelos, y los escribís. De estos tres paralelos tomáis quizás uno que, a su vez, tiene otros dos, y de estos dos tomáis uno que tiene otros cinco paralelos. Con una sola rama que habéis abierto, tenéis ya veinticinco paralelos. Después podéis volver a la rama principal y leer otro texto y otros paralelos. Y así podéis pasar horas. Pero os hemos dicho que, si hacéis esto, en cierto momento, mientras estáis en una de estas ramas, sentís una Palabra que os habla dentro, directa para ti, que te sorprende: «¡Vaya, nunca he pensado esto!». Y hemos dicho también a los jóvenes que escrutan la Palabra el domingo, que cuando se llega a este momento hay que pararse y escribir lo que te está diciendo el Señor a través de ese texto.»

«Entonces, comenzaréis a escrutar a las 14,30. Tenéis dos horas para escrutar, para rezar. Mientras vais y volvéis serán las 17:30; los presbíteros vayan a revestirse y comenzaremos la Penitencial. Tenemos cerca de 120 presbíteros. Podéis ir a tomar un café, pero después debéis ir a escrutar. Nos encontramos aquí a las 17:30.»

«Si estuviese aquí el Papa Francisco diría: «Cada uno responda de lo profundo de su corazón: ¿quién es Jesucristo para mí, hoy?».

«Como siempre, aunque los presbíteros son muchos —nos tocan a diez a cada uno—, estamos dispensados de confesar los pecados de los otros. Confesemos solo los nuestros






 (V)




SÁBADO, 29 de septiembre
10,30 h
LAUDES
Fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael


ASCENSIÓN:
«Hacemos los salmos de las Laudes del domingo de la primera semana.
Quisiera decir que este salmo cuando dice: «Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti» me recuerda a Carmen. En todos sus escritos se ve el amor de Carmen a Jesucristo, repite cada día: «¡Te amo, te amo, Señor mío!». Al comienzo del salmo dice: «Por ti madrugo…». Leyendo sus cartas del periodo en el que estaba en Israel, las cartas de cuando todavía estaba en el instituto misionero, se ve este amor, este entusiasmo, este celo misionero que tenía, este amor a Cristo lleno de entusiasmo en su juventud. Ella cuenta que cuando estaba en la universidad se despertaba a las 6 de la mañana y hacía una hora de oración, después iba a misa, y después a la universidad. Siempre decía que no se levantaba de la cama sin haber rezado el Oficio de Lecturas, era para ella como cargar las pilas para comenzar el día. Tenía un grandísimo amor a Cristo, y es bellísimo leer sus escritos. Este amor grande a Cristo era sin duda desde su juventud.»


KIKO:
He hecho algunos cuadros de los Arcángeles. Ahora traen el original del arcángel San Gabriel y la reproducción del Arcángel Miguel que está en la habitación del P. Mario; el original lo tiene Mons. Cordes.

He hecho un himno al Espíritu Santo para esta convivencia. Lo hice hace algunos años, y alguno lo conservó, me lo ha enseñado y le he puesto música.

Este himno lo hice en el año 1989. En una convivencia lo regalé a todos, y uno lo conservó en la Biblia desde el 89.»

[Indicando la pintura] «Este es el Arcángel San Miguel. Aquí está escrito: «Caritas, Umilitas». Sobre el escudo del Arcángel San Miguel, con la espada, está escrito «Caritas, Umilitas».
Sobre este otro no hay escrito nada. Guardadlo porque este es el original y pronto irá a un museo. Están preparando un museo con todas mis obras, porque moriré pronto


«Falta San Rafael que lo regalé a un médico que me ha curado y que se llama Rafael. Le he pedido una carta para indique que tras su muerte el icono sea dado al museo.»


«Este museo será importante porque hoy no hay casi Arte Sacro en las iglesias, nada o poquísimo



«Estaba presentando el himno que hice en el 89 y de este himno he hecho un canto que dice así, aunque ya lo habéis oído, pues lo canté con los jóvenes en el Circo Máximo.

Canto: “Es paciente - Himno al Espíritu Santo”

El Espíritu Santo es el autor, el autor de estas convivencias, su presencia en medio de nosotros en la convivencia me inspira a hablaros, y es Él el que os abre el oído para escuchar, el que hace que podáis recibir una palabra que os ilumine.»


«El soberbio no acepta los pecados, no acepta ser un sinvergüenza, un falso. Somos pecadores, verdaderamente!
«Considérate el último y el peor de todos» dice un padre del desierto. Los padres del desierto son muy cercanos a los apóstoles y las cosas que dicen son muy profundas y muy cristianas: Considérate el último, el último de todos los de aquí, y di las maldades que has hecho, los pecados de lascivia que has hecho. ¡Dímelos! Eres el peor de todos.

Digo a una mujer: «¿Pero tú quién eres? ¿Te consideras mejor que las prostitutas que están en medio de la calle? Tú no has comprendido nada del cristianismo, ni te ha llegado nada del Camino ni de la Fe. El Espíritu Santo descendiendo sobre tu espíritu debería iluminar quién eres tú y de qué eres capaz».


«Quien ve sus propios pecados y se arrepiente y sufre por las traiciones, los pecados, por lo que es, no ve los pecados de los demás, ve sus pecados. Aquellos que se consideran mejores que los demás, por el orgullo, la soberbia, por lo que sea, Dios los hace caer en la miseria de la lujuria, una verdadera miseria, para que aprendan a no considerarse mejores que los demás.»




(VI)




Epístola a los gálatas 5,1-6,10

KIKO:
«¿Habéis comprendido? Aquí dice así, esta frase debo aprendérmela: «¡Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra!».
Es Palabra de Dios: «¡Haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra!». ¡No sé cuánto me habéis dado! Sí, me habéis dado un sobre con algún euro de los hermanos. ¿Qué importa? No quiero vuestro dinero. Dice S. Pablo: no he tomado nunca vuestro dinero. ¿Qué hago yo con el dinero en el bolsillo? ¡Lo doy a los pobres! No necesito dinero para nada. ¿Qué tengo que hacer con el dinero?

Continúo con un fragmento de la Carta a los efesios

Epístola a los efesios 1,3-14



KIKO:
«Así que yo, en vez de estar en un estudio en París con una chica, estoy aquí con vosotros: ¡obra del Espíritu Santo! No hago en mi vida lo que me gusta, sino que estoy de convivencia en convivencia… Y cuando no puedo más, el Espíritu Santo me dice: «Debes dar hasta la última gota de sangre. ¿No puedes bajar a la Tienda? Acuérdate que debes dar hasta la última gota». Bien, tú me ayudarás. Mi vida es así: convivencias, convivencias, convivencias… ¡Qué horror! ¡No! No es ningún horror, es una consolación veros, guapos y maravillosos. ¡Mejor perderos que encontraros! ¿Quién me ha unido a vosotros? ¿Quién me ha encadenado para estar con vosotros? ¿Qué habré hecho para tener que soportaros el Padre Mario y yo, y ahora también Ascensión?»





CUESTIONARIO

Convivencia de catequistas de Inicio de curso
Porto San Giorgio, del 27 al 30 de septiembre de 2018

1) ¿De dónde vienes?
2) ¿Dónde estás en relación a la Iglesia y al mundo?
3) ¿Dónde piensas que estamos yendo, como Iglesia y como carisma?

P. MARIO:
«Después está la Iglesia purgante, aquella que se está purificando; siento de decir: ¡aquellos que hacen mal al Camino Neocatecumenal tendrán que terminarlo en el Purgatorio!»

«En este punto alguno me ha preguntado cómo el Señor me ha llevado a mí, indigno y pobre, a colaborar con estos dos colosos, Kiko y Carmen, y os digo brevemente, porque pienso escribir el libro después que me muera y podréis leerlo…»

«Por eso en las convivencias periódicas de itinerantes, escuchaban personalmente la experiencia de cada itinerante, con toda sinceridad, iluminando con escrutinios profundos —digamos de primer, segundo y tercer grado—, a fondo, y hablando de la sexualidad, de la afectividad en la relación entre hombres y mujeres. Nos animaban, corregían errores, y si había habido algún problema afectivo por ejemplo, se cambiaba de equipo.»


KIKO:
«La primera convivencia que hemos hecho con estas familias enviadas en las zonas más miserables de la tierra —como los palafitos de Guayaquil. Allí el mar era muy bajo y el pueblo hacía casas sobre el mar, en zonas malolientes, allí mandamos una familia y hemos ido a visitarlos, a ver sus casas, cómo estaban—, después, en la primera convivencia con todas estas familias, ha sido sorprendente porque todos han descubierto que no tenían fe en aquella situación extrema.»




P. MARIO:
«La inspiración de Kiko y Carmen de unir la formación específica al presbiterado con el itinerario de formación cristiana del Camino Neocatecumenal fue la verdadera genialidad. Participando del Camino se daba una madurez humana en las relaciones con los hermanos y las hermanas de la comunidad, jóvenes y ancianos, de diversas condiciones, el crecimiento en la fe, la consecución de las principales virtudes cristianas, a través de las celebraciones semanales de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, la convivencia y los pasos de las diversas etapas del Camino, en obediencia a sus catequistas.»




KIKO:

«Podíamos contar tantos otros eventos que Dios está haciendo con nosotros, sobre todo estas “communitates in missionem” que logran convencer a los vecinos y hacen catequesis en las casas. Todas han hecho ya una o dos comunidades de paganos dentro de sus casas. A una familia vienen cinco paganos, a otra ocho, a otra siete y después se reúnen para la convivencia y ¡son todos paganos! Dios con nosotros está haciendo una nueva evangelización, seriamente, donde el punto central es el testimonio. Solamente se puede anunciar el Evangelio si hay testimonio.»










 (VII)






















KIKO:
Ayer hemos visto un poco, en el cuestionario, dónde estamos, hacia dónde estamos yendo, en qué problemas nos encontramos, en qué situación estamos y hacia dónde estamos yendo. Sin duda yo veo que el mundo está yendo hacia la segunda venida de Cristo, que estará precedida por un enorme cataclismo y las estrellas del cielo caerán y todo será pasado por el fuego; todo será incendiado —dice S.
Pedro— porque esperamos nuevos cielos y nueva tierra donde habitará la justicia. ¿Lo creemos esto, que todo este mundo será consumido por el fuego, que no quedará nada y habrá una nueva creación? Seremos invitados a esta nueva creación de acuerdo con lo que nos ha sido revelado. No somos una secta que piensa cosas extrañas, no, esto ha sido revelado, es palabra de Dios, y la Segunda carta de S. Pedro dice que todo será pasado por el fuego (cf 2 Pe 3,1-16). Mientras llegan estos días, algo que no es muy difícil que suceda —pensad que hace apenas setenta años ha habido millones y millones de muertos con las dos bombas atómicas, las dos guerras mundiales— no sabemos lo que sucederá, si habrá una tercera guerra mundial con miles de muertos; no sabemos lo que sucederá, y somos invitados a vivir el instante, a vivir el hoy.

Y en este momento de hoy el Señor nos invita a la Pascua de la semana, a su Pascua. Nos invita porque quiere pasar en medio de nosotros ahogando al faraón, aquel que nos esclaviza, aquel que de alguna manera nos tiene esclavos de nuestros deseos, de nuestras concupiscencias, que potencian el pecado que habita en nuestra carne. Nuestra carne ha heredado de nuestros padres un pecado, el pecado de orgullo que, como hemos escuchado en el salmo responsorial, es el gran pecado. Por el pecado de orgullo el hombre tiene dentro un principio de autoafirmación, de autodeterminación, de autonomía moral, de independencia, que le lleva buscar en todo a sí mismo, en todo en todo busca estar bien y su propia felicidad. Esto es una esclavitud enorme. S. Pablo ha dicho que Cristo ha venido para que el hombre no viva más para sí mismo, sino que viva para Aquel que ha muerto y resucitado por Él. Cristo ha muerto y ha resucitado por cada uno de nosotros, y su resurrección es garantía del perdón de los pecados por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros. Con esto Jesucristo está reconstruyendo y creando una nueva humanidad, Él es el primogénito de muchos hermanos, de una nueva humanidad que participa de la misma naturaleza divina. Por eso nosotros podemos atravesar la muerte, subir a la cruz. La muerte ya no tiene poder sobre nosotros, no estamos desesperados, no estamos obligados a separarnos en el matrimonio, ni hacer la guerra ni a odiar; ni todas estas cosas que hace la gente del mundo. La gente tiene dentro la muerte, dentro de todo hombre habita la muerte. Por eso, lo primero que recibimos como una liberación en el Bautismo, que perdona los pecados, es la vida eterna. ¿Y qué nos da la fe? La vida eterna dentro de nosotros. Ya no tenemos más la muerte dentro, de forma que ya no tengamos miedo a la muerte. Y cuando se acerca a nosotros un acontecimiento de muerte que nos hace sufrir, el miedo a la muerte nos obliga a escapar. Por eso dice la Carta a los hebreos que todos los hombres, por el miedo que tienen a la muerte, durante toda su vida son esclavos del demonio, porque siempre hacen la voluntad del demonio que les invita a escapar del sufrimiento como sea. Pero nosotros hemos sido liberados de esta esclavitud de buscar en todo el estar bien, estar bien, estar bien, de esta infelicidad, de este egoísmo. Y este pecado que habita en nosotros, que hace que en todo busquemos nuestro ser, el estar bien, buscando en todo nuestra felicidad, nos impide vivir en la verdad.
  
Dios ha mostrado en Cristo la verdad, su naturaleza. Dios ha hecho este universo, la belleza de las plantas, el cielo, las nubes, todo lo ha hecho con ese espíritu que veis en el Crucifijo: Dios se ha donado totalmente a nosotros. Esta es la verdad, y nosotros estamos invitados a participar de su esencia, de su naturaleza, de su substancia, de forma que los cristianos viven cristificados. Pero vivir cristificados no es una condena, no es una maldición, un horror, un sufrimiento, sino que es una liberación: ¡poder amar es una liberación! Hay tanta gente que se pega un tiro porque no ama ya a nadie: se le secó el alma, se le secó el corazón y nada le satisface dentro. Está seco, muerto, y entonces prefieren quitarse la vida. Cada minuto, en el mundo, se suicida un hombre según dice la estadística mundial. ¿Estaremos aquí una hora más o menos? Pues sesenta hombres se habrán quitado la vida: son estadísticas. Cada minuto un hombre se pega un tiro y se quita la vida: para ellos esta vida es una porquería y ya no quieren vivir más. Nosotros, gracias a Dios, hemos sido arrancados de esta maldición, de esta depresión, de vivir en esta vida como muertos buscándonos en todo a nosotros mismos.
El verdadero pecado, la verdadera enfermedad, el verdadero sufrimiento, es que no podamos pasar al otro, no poder amar, no amar a nadie, no ser capaz de sufrir por los defectos de tu mujer; no te dejas crucificar, te debes defender, haces tácticas, detestas la cruz, detestas el sufrimiento que Dios ha hecho sagrado cuando Cristo ha tomado sobre sí el sufrimiento. Por eso debemos tener cuidado, si queremos ser cristianos, porque Cristo nos llama a participar con Él en la salvación de esta humanidad. Para esta misión que nos confía, en un Carisma nuevo de la Iglesia, somos invitados a dar testimonio del amor divino en nosotros de forma comunitaria. ¡Una verdadera novedad! Ya desde los primeros tiempos de la Iglesia, los monjes lo han intentado haciendo comunidades monásticas, para mostrar el amor y la unidad en medio del mundo. Pero nosotros estamos llamados, y no como religiosos, a mostrar en nosotros la acción del Espíritu Santo que nos concede participar de la victoria sobre la muerte. Entonces, si tú eres cristiano y tienes dentro la victoria sobre la muerte: ¡Demuéstralo! Demuestra que te dejas matar por tu marido, por tu mujer, por los otros; por la vida, por no tener dinero; por la gente que te odia. ¡Demuéstralo! Demuestra que te dejas matar por tu mujer, por tu marido, por el otro, por la vida, no teniendo dinero… ¡Demuéstralo! ¡Demuéstralo! Y si no, pues eres un traidor, no puedes estar aquí. Aquí estás para dar testimonio de Cristo resucitado, victorioso de la muerte. Por eso Cristo nos da este mandamiento: amaos en la dimensión del enemigo, atravesando la muerte por el otro. Amaos como yo os he amado, he dado la vida por vosotros cuando erais unos asesinos y me odiabais. Amaos como yo os he amado. 
Y esta es una consecuencia de su victoria sobre la muerte, que nos invita a un banquete, a estos manjares deliciosos que son la victoria sobre la muerte. En esta Eucaristía se va a hacer presente la muerte a través del signo del pan que se rompe, la donación de Cristo que se entrega a la muerte por cada uno de nosotros. Dirá el presbítero: «Este pan es mi Cuerpo que se ofrece en sacrificio por vosotros; este es el cáliz de mi Sangre para el perdón de todos vuestros pecados». Él nos da a participar de esta victoria sobre la muerte y querría que después de la Eucaristía, como consecuencia —y no como un sentimiento, que el sentimiento vale muy poco—, sino como una realidad profunda, que pudiéramos amarnos. Y viendo también los defectos de la gente que te odia, que te detesta, viéramos en eso una gracia, una gracia. Porque Cristo fue detestado, odiado, cuando era el Hijo de Dios, buenísimo; Nosotros no somos tan buenos como Él, por esto tienen razón quienes de alguna manera nos soporta mal.
Pero el Señor comprende que la misión que nos encomienda en medio del mundo pagano, ateo, es dificilísima. Aquí estáis un pequeño rebaño que Él mandar como corderos en medio de lobos. Por eso necesitamos, absolutamente, que nuestra alma sea fortificada, iluminada, y se haga diáfana, en plena unión con Cristo para cumplir la misión que nos encomienda, porque no hay cristiano que no evangelice. Si un cristiano no evangeliza no es cristiano. El Papa Francisco ha dicho que el ADN de nuestro Bautismo es que todos hemos sido enviados a anunciar el Evangelio al mundo. Y los que estáis aquí sentaditos sin anunciar el Evangelio a nadie, sin decir nada, tenéis que saber que esta no es nuestra vocación; nuestra vocación es anunciar el Evangelio. Yo me he pasado toda mi vida anunciado el Evangelio. Cuando fui a hacer el servicio militar en África, iba en el tren con otros tres militares como yo y me pasé todo el viaje anunciando a Jesucristo. Y uno me dice: «¿Tú? ¡Ah, todo son mentiras! ¿Por qué no vienes conmigo al prostíbulo? Si vienes conmigo al prostíbulo yo voy contigo a Misa». Pero es curioso como Dios me ha dado celo. Y no he visto otra persona en mi vida que haya anunciado constantemente a Jesucristo, que haya dado su experiencia y no haya preguntado a la gente si creen en Cristo, si van a Misa.
  
Y todo el tiempo, bum bum bum, anunciando a Jesucristo.
  
¡Cómo no anunciar la buena noticia de que Cristo ha muerto por todos los hombres, por todos! Y tantísima gente no sabe que tiene una herencia de millones.
Un pariente de Nazaret, una ciudad de Israel, les ha dejado en herencia la vida inmortal; y él no lo sabe mientras vive esta vida mortal y se pasa la vida defendiéndose de la muerte, siendo un egoísta, buscando su propia felicidad en las vacaciones, en las mujeres, los amigos, en todo buscándose a sí mismo. No sabe, nadie le ha dicho que es millonario, no sabe nada, nada de nada, y hasta detesta a la Iglesia, piensa que la Iglesia es opresora y todas esas cosas.
Bien, hermanos, espero que en esta Eucaristía el Señor se haga presente para todos nosotros y nos conceda participar de su victoria sobre la muerte y fortifique en nosotros la vida inmortal, la vida eterna, y salgamos de aquí, al  finalizar esta convivencia, para vivir en Él. «Ya no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí». Y acabada la convivencia cogeréis el coche y regresaréis a Roma, y otros cogerán el avión para ir a Madrid. Y ¿qué haréis allí? «No sé, no vivo ya mi vida, vivo la vida de otro y Él me dirá lo que tengo que hacer en cada instante, en cada momento». «Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí. Esta vida que vivo —dice S. Pablo— la vivo en la fe en Cristo», porque Él me hace participar de su victoria sobre la muerte y me ha enviado para que le ayude en esta generación a anunciar la buena noticia, porque Dios ha querido salvar el mundo a través de la estupidez del anuncio, de la necedad del Kerigma. Dios ha querido salvar el mundo —dice S. Pablo— a través de la necedad del kerigma». Y lo llama necedad porque parece una cosa estúpida que de una noticia tan breve dependa la salvación del mundo; de una noticia, la noticia de un hecho. ¿Y por qué una noticia tiene tanta importancia que salva al mundo? ¿Por qué? Pues porque anuncia un hecho que está en acto, una onda gravitacional que ha explosionado en el universo entero, que está en expansión, y nosotros nos encontramos dentro de una galaxia caminando a miles de millones de kilómetros por segundo y no sabemos cuándo se detendrá, donde estamos, qué está sucediendo. Pues hay otro acontecimiento más importante todavía que este big bang que ha sido cuando Dios ha entrado en la muerte para destruirla. Esto ha sido un acontecimiento trascendental: Dios ha enviado a su Hijo para entrar en la muerte y liberarnos a todos del poder de la muerte.
Ánimo, hermanos, en esta convivencia, en este domingo, bendecimos al Señor y esperamos que sea haga presente en medio de nosotros gracias a este sacramento pascual, la Pascua de la semana. Esperemos que Él se haga presente, cure nuestras heridas, le quite el poder al faraón, del demonio en nosotros, de modo que liberados de su poder, de su influencia en nosotros, podamos hacer la voluntad de Dios para la salvación de esta generación. Entonces, estemos todos atentos para que esta Eucaristía sea verdaderamente participada, para que pueda realizarse en nosotros aquello que significa y realiza

(VIII)




KIKO:
«Hemos escuchado la Palabra de Dios que habla constantemente de la Gehenna donde habita un fuego inextinguible, que es un fuego que no se apaga nunca, donde está un infierno para los hombres. Nuestro Señor Jesucristo ha dicho: «No juzguéis», una palabra imperativa para todos. No juzgar. Entonces veamos:¿Tienes algún juicio sobre alguien, de la comunidad o de tu familia? Di, tú, tú y tú. Todos juzgamos. ¿Pero por qué no obedecéis al Señor? ¿No ha dicho el Señor que «no juzguéis»? Y entonces, ¿por qué juzgamos? Porque pensamos que somos más importantes que el Señor, pensamos que tenemos derecho de convertirnos en jueces de aquel hecho que sucedió y desobedecemos a Cristo. Después no os escandalicéis si no os da más gracias, porque no nos merecemos ninguno estar aquí. Pero esta es una palabra muy muy importante: son los paganos los que se pasan la vida juzgando a todos, la familia, la mujer, los hijos, el trabajo, el dinero. ¡El juicio! «No juzguéis», dice el Señor. Si tu mano te escandaliza, córtatela; si tu pie te escandaliza, córtatelo: es mejor que entres manco en el cielo que con los dos pies en la Gehenna donde está el fuego es inextinguible, el fuego eterno.»

P. MARIO
«La primera palabra es del Libro de los Números. Me parece muy actual para el Camino, porque sabéis que Moisés, en un cierto momento, como el pueblo crecía mientras estaban todavía en el desierto, no sabía cómo hacer para responder a todos los que se dirigían a él. Y sabéis que su suegro Jetró le había sugerido —sabiduría humana— elegir a setenta y dos hombres ancianos para que colaboraran con él: «Los problemas más normales que los resuelvan ellos. Y cuando haya problemas más graves que recurran a ti».No quiero hacer ningún paralelismo. Entendéis vosotros mismos


«Esto lo veo muy importante porque hoy, como decía ayer, es muy importante que los equipos responsables de las naciones se ocupen de los problemas habituales: las convivencias de catequistas, de familias, de jóvenes, en las naciones donde trabajan, y solo para las cosas más graves se dirijan a«nuestro Moisés»; esta es una interpretación mía, pero de todas formas lo he querido decir.»

KIKO:
«Todavía quiero decir una cosa. Me dicen que hay algún hermano que está instrumentalizando el Camino en la política. Debo deciros que el Camino Neocatecumenal no está representado ni involucrado en ninguna organización o partido político. El Camino no se mete en Política. También porque el Camino es para todos: para los comunistas, para los paganos, para los fascistas, para todos, y no podemos identificarnos porque significa cerrar la puerta a Cristo a miles de hermanos.»

«Hemos traído los folletos para los itinerantes que piensan invitar a los obispos de su zona a la convivencia que haremos en el Monte de las Bienaventuranzas, desde el martes siguiente al domingo de Pascua (23 al 30 de abril de 2019). Hay una carta de invitación en el folleto con las fotos de la Domus.»
— — —
«El P. Rino quiere que os de la noticia de que tenemos un terreno, de nuestra propiedad, en el Monte de los Olivos para hacer la Domus Jerusalem. Ha sido gracias a un donativo de parte de un hermano, pues el Camino no tiene dinero para comprar nada. Ha sido un donativo. El terreno se encuentra en la parte alta del Monte de los Olivos, con una vista bellísima. Se ve todo Jerusalén, un regalo de Dios a nuestra infidelidad.»

— — —

«El Encuentro mundial de la Juventud en Panamá será del 22 al 27 de enero de 2019. El encuentro con nosotros será el día 28 de enero, después del encuentro con el Papa. Yo no sé si tendré salud. Si estoy bien iremos. Las comunidades de Centroamérica: Honduras, Nicaragua, etc., donde hay tantísimas comunidades están invitadas a este encuentro.»


CHARLIE:
«Como sabéis, estamos recopilando todos los documentos que son obligatorios para comenzar la fase diocesana, después de tres años, en Madrid. Debemos reunir todo lo que ha dicho y escrito Carmen. Es muchísimo: catequesis, cartas, agendas y diarios. Una cosa muy importante es reunir los favores y las gracias que Carmen está haciendo con nosotros. Que tenemos ya muchísimas. No se puede hablar todavía de milagros, pero sí de grandes favores. Hemos tenido un primer encuentro con tres médicos y hay, al menos, dieciséis o diecisiete, entre comillas “milagros”.
Debemos reunir toda la documentación médica.

Con esto no es suficiente. Ahora lo que es más importante es recoger la fama de santidad que Carmen tiene en el pueblo. ¿Qué quiere decir esto? Muchas personas, en muchos países, piden la intercesión de Carmen para curar no solo enfermedades, sino también cosas cotidianas, de la vida. Muchos de vosotros me habéis contado que habéis pedido a Carmen alguna gracia, alguna cosa, por un examen, para una hija, etc. Todo esto debemos escribirlo.

Han ido ya a visitar la tumba de Carmen cerca de 30.000 hermanos.

Cada semana los hermanos pasan por allí. Hemos puesto un libro para escribir un pensamiento, lo estamos transcribiendo. Hay cosas bellísimas. Estamos contentos.
¡Escribid!»