lunedì 6 marzo 2017

Kiko Arguello: Anuncio de Cuaresma 2017.(2)



KIKO:
Es muy importante, muy interesante, saber cómo Dios ha preparado a Carmen. 
Primero la ha hecho subir, como a san Pablo, al tercer cielo, y eso no se le ha olvidado nunca. Segundo, ha sido muy importante que ella ha tenido que entregar, como Abraham, su Isaac, en el monte Moria; eso es una forma. Yo tengo también mi experiencia, con mis visiones, con mis éxtasis y todo eso. 
Pero de Carmen es muy importante que ha sido sometida a la Pasión de Cristo, ella decía que se iba a llorar cerca de la Catedral y entraba en el museo Marés; Marés es un catalán que quiso reunir en un museo los crucifijos de España, y consiguió reunir crucifijos románicos de Valladolid, de Navarra, de Pamplona, de Cádiz… Maravillosos. Y sobre todo, eran crucifijos donde se veía a Jesús triunfante sobre la cruz. Y ella se sentía consolada porque la estaban juzgando y sentenciando porque la tuvieron un año entero bajo sentencia.
Y en ese tiempo, ella dice que Dios le mandó un ángel, el P. Farnés, que venía del Instituto de Pastoral Litúrgico de París donde se había fraguado todo el Concilio. Y el P. Farnés les habló a este instituto misionero sobre el Misterio pascual, y les decía que el Concilio había descubierto que la Misa no consistía en asistir a un rito, sino que fundamentalmente era participar a un acto que se celebraba en cada Misa que es: morir con Cristo en la fracción del pan y resucitar con él.
Esto de que la gente no sabe participar, ella, como había vivido una experiencia de muerte terrible porque la estaban matando, pues entendió profundamente esto, que es algo que va a traspasar al Camino; todo esto lo ha pasado Carmen al Camino Neocatecumenal, gracias a su experiencia.
Vosotros participáis en la Liturgia de una manera completamente nueva y distinta de todo el mundo.
No asistís a un rito, porque si asistierais a una liturgia, a un rito, se os haría larguísima. Y a nosotros no se nos hace larga la liturgia, o la Pascua ni la Misa. ¿Por qué? Nosotros os hemos enseñado que cada vez que celebramos la Misa pasa el Señor, que va a pasar el Señor y tenéis que estar vigilantes porque cada Misa, cada Misa del domingo es la Pascua de la semana, porque no hay más que una Misa, que es la muerte y resurrección de Cristo; por eso es la noche de las noches. Os hemos dado dones enormes que ninguno ha recibido, solo vosotros, sobre la forma de participar en la liturgia, sobre lo que es el Misterio pascual, etc.
Y es muy importante que veáis cómo Dios ha preparado a Carmen y  cómo le fue cerrando todos los caminos. Ella dice que a su hermana Pilar, que colaboraba conmigo, yo le había regalado una faz de Cristo. Yo quería haber hecho una exposición de rostros de Cristo inspirados en la Santa Síndone, en la Santa Sábana de Turín, de la faz de Cristo. Y pinté una serie de cuadros que, una de ellas, está en el Camino Neocatecumenal y que me ha acompañado en las barracas. José Agudo quiere que se la regale, y como siga pidiéndomela se la voy a tener que dar. Esta faz me ha acompañado en las barracas todo el tiempo. Pues a su hermana Pilar le regalé una faz de Cristo, y también se la regalé a  sus compañeras. La Fraga Iribarne, la hermana del ministro Fraga y María José, otra chica de Valencia que había hecho Bellas Artes; estas eran, juntamente con otra chica muy inteligente que fue la que se marchó a Bolivia. Estas cuatro formaron el grupo en las Misioneras de Cristo Jesús que ya ha explicado que era una congregación muy moderna y con muchísimo fervor, y con muchísimo amor a las misiones; a Japón, al Congo, etc. Todo esto que ha contado ella aunque se entendía un poco mal.
Al final Dios le cerró todas las puertas y la hizo venir a Madrid, donde Carmen no quería ir porque su familia la perseguía, convencida su familia de que estaba loca o medio loca. Entonces, su hermano decía que tenía una especie de neurosis mesiánica; lo que tenía era amor a Jesucristo. Por eso mandaron a su hermano, se fue a las barracas a por ella. Y fijaros qué milagro: los perros que teníamos, que jamás habían mordido a nadie y que eran buenísimos, van y muerden al hermano de Carmen. ¿Cómo se dieron cuenta los perros de que este venía a por Carmen? ¡Qué intuición tiene los animales! Y el pobrecillo tuvo que ir al hospital a ponerse la antirrábica y ya no volvieron más por allí, por las barracas.
Bueno, ahora los seminaristas repartís el regalo que os he traído a todos.Como me han dado una foto muy bonita de cuando estuvimos en  Filipinas, que estamos abrazados Carmen y yo, pues para que tengáis un recuerdo de estos vuestros catequistas, pues os voy a regalar esta foto a cada uno.
Por detrás he puesto esta frase que leí en el funeral de Carmen y que lo he puesto también en el libro de Anotaciones 1988-2014 que dice:
«¿Por qué lloras, alma mía?
¿Por qué lloras?
Carmen se fue con el Señor.
¡Sí! Siento su amor
cerca de mi corazón.
¡Qué mujer extraordinaria!
¡Cuánto me ha querido!
Esto os lo regalo, repartidlo. ¿Veis qué cariño os tengo? ¡Estos son vuestros catequistas, Kiko y Carmen! Mañana, cuando nos canonicen y todo el mundo se acuerde de esto, vosotros diréis: «¡Yo he sido catecúmeno de Kiko y Carmen! ¡Una cosa enorme, inmensa!». 
De verdad, daos cuenta, daos cuenta de lo que significa vuestra vida y que Dios os haya elegido para una obra. Pensad que tenemos ciento veinte seminarios, miles y miles de hermanos en toda América Latina, en Asia. Estamos evangelizando en Laos, en Mongolia, en China. ¿Es que no os dais cuenta? ¿Os trae todo sin cuidado? ¡Pues sois unos borricos, sí señor, unos borricos!
Os leo otro de los escritos de Carmen, que lo pondremos en el mamotreto para que lo tengáis.
26 febrero 1980
Roma. Laudes por la mañana a las seis. Jesús mío, me inquieto todo el día en planes, prevenciones y preparaciones imposibles, procurando dominarlo todo, creyendo que todo depende de mí.
Carmen era muy tímida, y no había forma de hacerla hablar. Primero porque se angustiaba porque se pasaba el día estudiando. Yo le decía: «Pero, hombre, en el anuncio de la Cuaresma dinos una palabra». Y decía: «No, lo dices tú todo».
Kiko improvisa creativamente como si nada fuera necesario y todo posible. Jesús mío, misterioso, grandioso en la Cruz, te amo. En medio de la oscuridad y el dolor, Tú eres mi único amor. En medio de mi incredulidad, sólo tengo fe en Ti y te amo. Ten compasión de mí. Visítame que tengo miedo, terror, tristeza grande, desapego de todo, ganas de esconderme y desaparecer muda, muda, muda absolutamente y tristísima. Grandiosas tus obras, Señor de los cielos. Grande eres y maravilloso, imprevisible, infinito. Señor, me postro ante Ti. Quiéreme. Arranca de mis labios este Abbá, grandísimo, santísimo.
¡Escribe estupendamente! Pero todo esto que ha vivido ella como un sufrimiento años y años y años, ninguno nos hemos enterado. Solamente ahora al leer sus diarios nos hemos enterado de todo lo que estaba viviendo y sufriendo.
Cuando el arzobispo de Madrid decida estudiar la canonización de Carmen sabéis que se nombrará una comisión y sellan todos sus escritos; y ahí quedarán todos los escritos de Carmen. Y comenzará un proceso.
El P. Mario me dice que le han dicho que convendría, desde ahora, comenzar a comunicar las gracias y milagros recibidas a través de Carmen; la cantidad de gente que están yendo a su tumba y que luego van a visitar la habitación donde apareció la Virgen, en el Camino Neocatecumenal; están viniendo de todas partes del mundo. Y mucha gente han pedido gracias y milagros a Carmen y las han recibido. ¿A quién enviar esta información?
El P. Javier Sotil y el P. Ezechiele Pasotti, que son los sustitutos del P. Mario, estos dos van a quedar en Barcelona para continuar leyendo todas estas agendas y transcribirlas; vamos por doce agendas. Estas que os he leído son de dos años; pero no vamos a publicar todas las agendas. Pero hay que dar una dirección que os pondremos en el mamotreto1.
Carmen ha hecho un montón de milagros. Por ejemplo, nos han contado de una hermana del Camino que el día del funeral de Carmen entró en coma, y estaba con ella, en la habitación del hospital el papá de esta chica, que le acababan de decir que no despertaría y que moriría en dos horas. Estaba el pobrecillo allí, todo acongojado, y de pronto en la televisión ponen el Funeral de Carmen. Y salía el P. Mario diciendo que Carmen ya había hecho algún milagro. Y este señor, acongojado se puso de rodillas y dijo: «¡Carmen, salva a mi hija!». Y de pronto se despertó y la mandaron a su casa y está vivita y coleando. Y los médicos no se lo explican: habían dicho que moriría en dos horas. Y lo hizo el padre porque había escuchado en televisión lo que el P. Mario dijo al final, en la catedral, ¿os acordáis?
Al final habló porque Carmen había concedido otra gracia. Por ejemplo, las familias que no pueden entrar en Mongolia se encomendaron a Carmen. Llevaban muchísimo tiempo esperando, vivían en Japón y no les daban el visado para entrar en Mongolia. Pues todo se ha solucionado desde que se encomendaron a Carmen, han entrado todas, de una manera prodigiosa, providencial. Y este milagro lo puede contar el P. Gregorio, el responsable de Japón. Pero ha habido otras muchas gracias de gente que ha pedido a Carmen una gracia. Como Carmen está viva en el cielo pues se las ha concedido. Entonces, hay que escribir una carta explicando la gracia que se ha recibido, poniendo la fecha, el lugar y las circunstancias. Después preguntarán al Seminario cuánta gente ha visitado la tumba…
Es todo un proceso que se abre, enorme, porque claro, para declarar a una persona santa pues luego nos pondrán en un altar, en una iglesia.

Hasta dentro de cinco años no se iniciará el proceso, pero hay que guardarlo todo, los diarios, las catequesis que ha dado, las cosas que ha dicho que son importantísimas.
Por ejemplo, en Polonia, cuando le dieron el Doctorado honoris causa, hicieron una recopilación de todos los escritos de Carmen y son maravillosos; nos dieron un mamotreto: Carmen Hernández. Y después le dieron el Doctorado Honoris causa en la universidad de Washington y vino a recibirlo, que tenemos los videos, pobrecita; algo maravilloso.
¿Os ha gustado la foto?
Pues todavía no hemos comenzado con el anuncio de Cuaresma, porque lo que tenemos que hacer ahora es presentarnos, porque tenemos que vernos y querernos y conocernos. Y ver cuántos han muerto, cuántos quedáis todavía, porque ¿sabéis la noticia, no? ¡Que nos vamos a morir todos! ¡Es una buena noticia! Todos, nos morimos todos.
Ya sabéis que la buena noticia para los cristianos es que Cristo ha muerto por nosotros, y que los cristianos no mueren; si es que acogemos la muerte de Cristo. Porque el salario del pecado es la muerte, consecuencia del pecado es la muerte, el salario, el pago del pecado es la muerte. Pero si Cristo paga, muere por nosotros, los cristianos ya no mueren. Por eso el día de nuestra muerte física es el día que llamaban los cristianos: el “dies natalis”, día de nuestro nacimiento celeste. Y siempre celebraban los cristianos el funeral como una fiesta, ninguno lloraba. Dicen los padres de la Iglesia: «Nosotros no lloramos. Pero ¡cómo vamos a llorar si es el día más feliz de nuestra vida! ¡El día que los hermanos vamos al cielo!». Y como dice san Pablo que morir es con mucho lo mejor, porque es irnos con Cristo.
Claro, eso dirías si tú tuvieras fe, pero como eres un conejo que no tienes nada de fe ni tienes ganas de morirte ni tienes amor a Jesucristo ni tienes nada de nada; “ná de ná” como dicen los andaluces.
Pero por eso esperamos que este encuentro te ayude algo, algo, que no; no te creas que somos muy buenos catequistas. Bueno, algo hemos intentado hacer con vosotros. El Señor, todo es obra del Señor, nosotros todos somos siervos inútiles.
Pero daos cuenta que hemos estado con vosotros cincuenta años. Carmen ha estado cincuenta años dedicada a vosotros, eso es tremendo, durante cincuenta años. ¿Y nos habéis pagado? ¿Nos habéis pagado algo? Cincuenta años dedicados a vosotros, convivencias, convivencias, visitas, Primer escrutinio, Segundo escrutinio…
Pero chicos ha sido por Jesucristo. Sed conscientes, sed conscientes de algo enorme que Dios ha hecho con vosotros a través de Kiko y Carmen.
Ahora cantaremos el Shemá y os abriremos una palabra.
Dios, entre las muchas gracias que nos ha dado, es –no sé si lo sabéis– lo que ha dicho el Papa, el Papa Bergoglio. ¿Qué ha dicho? «Algo que hay que agradecer al Camino Neocatecumenal es, que gracias al Camino, se ha redescubierto en la Iglesia la Noche Santa, que es el eje de toda la vida cristiana», eso ha dicho el Papa Bergoglio. Eso tenéis que decírselo a los obispos, a los vicarios y a los párrocos si es que alguno no quiere que celebréis la Vigilia pascual.
Eso es algo catastrófico, cómo va a haber una Iniciación cristiana de adultos que no tenga como eje la Vigilia pascual. Pero el párroco dice: «¡No, no! ¡Tenéis que venir conmigo a la parroquia que empieza a las 10 y luego acabamos a las 12!». «Pues no, señor, no vamos a la parroquia, lo lamentamos mucho. Y si quiere mañana nos vamos, no necesitamos su parroquia. Necesitamos ser fieles a un carisma que está salvando a las familias».
Me acaba de decir uno de un matrimonio que ha acabado el Camino y se quieren separar. Bueno, es una excepción porque habéis terminado todos el Camino y aquí no creo que haya muchos que se hayan separado, cuando ahí fuera se están separando todos, ¿verdad? Bueno, pues hay que rezar por ellos, no podemos hacer nada. El odio al otro, el otro es el enemigo, el otro es el infierno ––decía Sartre. Claro que sí, claro que sí.
Pero la Virgen nos ha dicho a nosotros: «Hay que hacer comunidades cristianas como la Santa Familia de Nazaret que vivan en humildad, sencillez y alabanza, donde el otro es Cristo». El otro es Cristo, no es el infierno: el otro es Cristo. O sea que todo lo que le hagas al otro se lo haces a Cristo sea el otro tu abuelo, que te lo has llevado a casa con noventa y seis años. Y tu mujer a lo mejor está echa polvo pero como está en el Camino es capaz de soportarlo, de curarlo y de cuidarlo. Fijaros que la Virgen nos ha dicho que el otro es Cristo.
Por eso no tenemos que desanimarnos; lo digo por mí, porque a veces el demonio nos ataca. Ha dicho el Papa sobre esto mismo que la vida cristiana es un combate diario contra el demonio, todos los días. Y los padres de la Iglesia no dicen todos los días, sino hora tras hora. Por eso es renovado nuestro bautismo diciendo: «Renuncio a ti satanás, a tus pompas y a tus seducciones», porque hay una acción del demonio que es constante en nosotros. Por eso dicen los padres y dice el Talmud ––y nosotros somos muy hebreos–– que si un hombre deja de escuchar la Palabra de Dios cuatro días pone en riesgo su salvación eterna.
Y uno se pregunta: ¿eso, qué quiere decir? O sea, ¿cuatro días sin escuchar la Palabra de Dios y pones en riesgo tu salvación eterna? Nosotros sabemos por qué. Porque el demonio siempre está trabajando. Tú siempre estás pensando, siempre estás pensando, siempre está tu cerebro funcionando. Y el demonio se introduce en los pensamientos diciéndote, interpretándote la historia negativamente: «¿Dónde está tu felicidad? ¿Dónde está ese Dios que te quiere? ¡Si estás hecho un asco! ¡Si estás pasándolo fatal! ¡Si te han descubierto un cáncer! ¡Si resulta que tu mujer no sé qué!». Si por casualidad tú escuchas estos pensamientos y estás de acuerdo con ellos, pues pones en riesgo tu salvación. Pero bueno, cómo puedes decirle al demonio: «¡Apártate de mí, satanás! ¡Apártate de mí, satanás! No es verdad que mi vida es un horror, no es verdad. Todo lo contrario: ¡mi vida es una gracia!». «¡Ah, sí! Pero si estás más ya más viejo que Carracuca, si estás que no sé qué y qué no se cuántos y la vida…». ¿Sabéis defenderos así? ¿Sabéis combatir los pensamientos del demonio? ¿Sabemos combatir? Pues si hubieseis tenido catequistas os lo hubieran enseñado, os habrían enseñado a combatir contra el demonio todos los días y a todas horas.
Y a confiar en el Señor y a estar muy contentos de su amistad y de su presencia, aceptando todo como una gracia, sea que tengas sentimientos de Jesús, seas que no tengas ningún sentimiento. A esto que acabo de decir nos responde este encuentro.
Sois las comunidades más antiguas del mundo, sois aquellos que Dios ha elegido para con vosotros construir, arquitectar; mucho más que una pintura. Y mucho más difícil que la arquitectura es arquitectar una Iniciación cristiana; eso es algo dificilísimo. Y lo hemos hecho gracias a vosotros, que con vosotros hemos comenzado a ensayar. ¿Os acordáis del Primer escrutinio en Cuenca? Lo contaba el otro día. La primera vez que hicimos un exorcismo bautismal, que lo hacíamos entonces de forma imprecatoria, yo decía: «En nombre de Jesús de Nazaret a ti te digo, demonio maldito: deja a este hermano y deja el sitio al Espíritu Santo paráclito». Nada más hacer el primer exorcismo comenzaron a aullar todos los perros de Cuenca, los demonios que echábamos se iban a los perros; en el evangelio se iban a los cerdos; esto es histórico.
1 Al final del anuncio, Kiko y el P. Mario nos han indicado que incorporemos la nota que se adjunta al final del mamotreto con sus indicaciones para iniciar la recogida de información sobre las gracias e intercesiones de Carmen Hernández, que deberán enviarse por correo postal o, en su defecto, a una dirección de correo electrónico de la Fundación Familia de Nazaret, y que podéis comunicar a los hermanos de las comunidades.