venerdì 22 maggio 2015

Misal para la Celebración Eucarística en el curso de la cual serà beatificado mons. Oscar A. Romero (español)

 
(San Salvador, sábado 23 mayo 2015)
Perfil biográfico del Siervo de Dios Mons. Oscar Arnulfo Romero y Galdámez Arzobispo de San Salvador.
Nació en Ciudad Barrios, Departamento de San Miguel el 15 de agosto de 1917. Ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942 y recibió la Consagración Episcopal el 25 de abril de 1970, como Obispo Auxiliar de San Salvador. Tomó posesión de la sede arzobispal el 22 de febrero de 1977. Su martirio aconteció en la Capilla del Hospital Divina Providencia el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la Eucaristía justamente al término de la homilía y cuando se aprestaba a presentar las ofrendas. Aproximadamente a las 18:25 horas, miembros de escuadrones de la muerte lo asesinaban desde un vehículo color rojo estacionado frente a la fachada principal de la Capilla. 
Se sabe que un hombre barbado con un solo disparo, le provocó una hemorragia interna profusa, acabo con la vida del Pastor. Monseñor Romero llegó al Arzobispado de San Salvador en medio de un torbellino de violencia causado, en gran parte, a las protestas por las medidas económicas y sociales inhumanas, la privación del derecho a la libre expresión y una abierta política al irrespeto de las exigencias sociales, sobre todo de los más desposeídos y a las organizaciones político populares que intentaban ser una respuesta de la izquierda a las necesidades del pueblo. Esta realidad, en general, ayudó a incrementar los niveles de represión, secuestros, asesinatos, torturas, exilios y demás vejaciones humanas. Habiendo tomado posesión de la Diócesis el 22 de febrero de 1977, desde marzo de 1977 la Eucaristía dominical en Catedral, transmitida asimismo por la Radio Católica YSAX, le dio la ocasión de acercar el Evangelio a la vida de sus diocesanos y buscó responder a las exigencias del Evangelio, del Concilio y del Magisterio proclamando la fe sin desligarla de la vida, exponiendo la doctrina cristiana de manera acomodada a esas necesidades y problemas que agobiaban y angustiaban al pueblo salvadoreño, de modo particular a los pobres y desposeídos. Sus homilías dominicales eran cita obligada para sus fieles y aún para los que no lo eran. Se erigió en “la voz de los sin voz”. A través de sus homilías era implacable defensor de la dignidad humana, hasta llegar a desesperar a los sectores poderosos que, desde la sombra, financiaban el crimen y la persecución. En la predicación de Mons. Romero había un intento por evitar que la espiral de violencia derivara en una guerra abierta; buscando la paz exigía a las autoridades y a los poderes del país, fundado en los principios del Evangelio y el Magisterio Social, un programa de justicia social y de respeto a la persona humana como vivencia de la fraternidad cristiana. Por ello, tuvo que soportar cuestionamientos negativos y una campaña contra su pastoral hasta que decidieron eliminarlo para callar su voz, una voz que los llamaba a la conversión y a compartir con sus hermanos.
RITOS INICIALES
Monición a la Eucaristía. Antes de iniciar la procesión
Hermanos:
Puestos de pié iniciamos la celebración.
Mientras el Presidente y los concelebrantes se acercan al altar.
Canto: Vamos todos al Banquete
Misa Popular Salvadoreña - Guillermo Cuéllar
Vamos todos al banquete, a la mesa de la creación, cada cual con su taburete, tiene un puesto
y una misión.Hoy me levanto muy temprano,ya me espera la comunidad,voy subiendo alegre la cuesta,voy en busca de tu amistad.Dios invita a todos los pobres,a esta mesa común por la fe,donde no hay acaparadores,y a nadie le falta un con qué.Dios nos manda hacer de este mundo,una mesa de fraternidad,trabajando y luchando juntos,compartiendo la propiedad.Al llegar al altar: inclinación y ocupar los puestos previstos.
Incensación del altar
 
Saludo del Presidente de la celebración.

En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
R/ Amén
La paz del Señor este con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
 
Acto penitencial. Presidente.
Queridísimos hermanos, nos hemos reunido para celebrar con gozo esta Eucaristía y reconocer el testimonio de la vida de Oscar Romero Obispo y Mártir, que hoy la Iglesia propone como modelo.
El Señor nos invita a alegrarnos por el don de la salvación que Dios, Padre misericordioso concede a sus hijos.
Pidamos humildemente perdón por nuestros pecados para ser dignos de participar en la mesa del Señor.
Breve pausa de silencio
Canto: Señor ten piedad
(Misa Hosanna) 

Señor ten piedad de nosotros (3),
Cristo tenpiedad de nosotros (3),
Señor ten piedad de nosotros (3)
Presidente
Dios Todopoderoso
tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
Todos se sientan.

RITO DE BEATIFICACIÓN
Sr Obispo de la Diócesis
acompañado del Postulador de la Causa se dirige al Sr. Cardenal. Junto a la cátedra. El pueblo, sentados.
Eminencia:
En nombre de la Arquidiócesis de San Salvador, pedimos humildemente a Su Santidad el Papa Francisco que se digne inscribir en el número de los Beatos a este Venerable Siervo de Dios, Oscar Arnulfo Romero y Galdámez
Arzobispo de San Salvador.

Breve biografía de Mons. Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, por el Postular de la causa.
PERFIL DE MONSEÑOR OSCAR ROMERO
- Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios, San Miguel, El Salvador, el 15 de agosto de 1917.
- Ordenado sacerdote en Roma el 4 de abril de 1942.
- Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador en 1967.
- Y, luego Obispo Auxiliar de Mons. Luis Chávez y González en la Arquidiócesis de San Salvador en 1970.
- En 1974 fue nombrado Obispo de Santiago de María, y el 22 de febrero de 1977 tomó posesión de la Sede Arzobispal de San Salvador, Sede que ocupó hasta el encuentro con el Padre el 24 de marzo de 1980, cuando sufrió el martirio en la Capilla del Hospital la Divina Providencia, en el momento del ofertorio.
 
Sr. Cardenal lee la Carta Apostólica
Por encargo de Su Santidad el Papa FRANCISCO doy lectura a la Carta Apostólica con la cual Él mismo ha inscrito en el número de los Beatos al Venerable Siervo de Dios, Oscar Arnulfo
Romero y Galdámez
Todos se ponen de pie.

LITTERAE APOSTOLICAE
Nos, Vota Fratris Nostri
José Luis Escobar Alas
Episcopi San Salvatoris, Necnon plurimorum aliorum Fratrum in Episcopatu multorumque christifidelium explentes, de congregationis de Causis Sanctorum consulto, auctoritate Nostra Apostolica facultatem facimus ut Venerabilis Servus Dei
OSCAR ARNULFO ROMERO Y GALDAMEZ
episcopo diocesanus, martyr, qui a Christo, lapide angulari sustentatus vitam aedificando Regno tradidit, Beati nomine in posterum appelletur, eiusque festum die vigenti quattuor mensis Martius, qua in caelum natus est, in locis et modis iure statutis quotannis celebrari possit.
In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen.
Datum Romae, apud Sactum Petrum, die XXIII, mensis Maius,
Anno Domini bimillesimo quinque decimo, Pontificatus Nostri Tertio.
Franciscum P.P.

Nos,
Acogiendo el deseo de Nuestro Hermano José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador,
de muchos hermanos en el Episcopado y de muchos Fieles, después de haber obtenido parecer
de la Congregación de la Causa de los Santos, con nuestra Autoridad Apostólica concedemos que el siervo de Dios
OSCAR ARNULFO ROMERO Y GALDAMEZ.
Arzobispo, Mártir,
Que sostenido por Cristo, piedra angular, donó la vida por la edificación del Reino, desde ahora en adelante sea llamado Beato y que se pueda celebrar su fiesta, en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, cada año el veinticuatro de marzo día de su nacimiento al cielo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dado en Roma, ante San Pedro, el día 23 de mayo del año dos mil quince del Señor, tercero de nuestro Pontificado.
Papa Francisco

Terminada la lectura mostrar la gigantografía del Beato
Mientras se descubre la gigantografía: canto de aclamación de la asamblea:
Tu reino es vida (Cf. Salmo 71)
Tu reino es vida, tu reino es verdad;
tu reino es justicia, tu reino es paz;
tu reino es gracia, tu reino es amor:
venga a nosotros tu reino, Señor;
venga a nosotros tu reino, Señor.
Dios mío, da tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud;
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan la paz,
que los collados traigan la justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
que socorra a los hijos del pobre;
que él defienda a los humildes del pueblo
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como rocío que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.
Librará al pobre que suplica,
al afligido que no tiene protector;
se apiadará del humilde e indigente,
y salvará la vida de los pobres;
salvará de la violencia sus vidas,
pues su sangre es preciosa ante sus ojos.
Que su nombre sea eterno,
que su fama dure como el sol;
que sea bendición para los pueblos;
que las naciones los proclamen dichoso.
Bendito eternamente su nombre,
que su gloria llene la tierra.


En el mismo momento en que comienza el canto Tu reino es vida se inicia la procesión de las reliquias.


Procesión y veneración de las reliquias. Diáconos.
- Se llevan en procesión las reliquias del Beato;
- Se depositan en una mesa junto al altar, -a un lado del altar-
- Se adornan con velas y flores.
- El Presidente se acerca y las venera incensándolas.

Agradecimiento del Sr. Arzobispo, con el Postulador.
Eminencia
La Iglesia de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de San Salvador, da gracias al sucesor del Apóstol Pedro, Su Santidad el Papa Francisco, por la Beatificación del mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, que derramó su sangre en defensa de la fe.
Abrazo de Paz
El Sr. Arzobispo, y también el Postulador, intercambian el abrazo de paz con el Representante del Papa.
En este momento el Representante del Papa entrega al Arzobispo diocesano y al Postulador la copia de la Carta Apostólica en latín.

El Celebrante entona el Gloria
Gloria
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos
te glorificamos, te damos gracias.
Señor Dios, rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre.
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque solo Tú eres Santo, solo Tú Señor,
solo Tú Altísimo, Jesucristo.
Con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Oración Colecta
Dios de poder y misericordia, tú que concediste al obispo Oscar Romero dar su vida, cuando celebraba la Eucaristía, en un acto supremo de amor a Ti, concédenos, te rogamos, que así como a él le diste la gracia de imitar con su muerte la pasión de Cristo, alcancemos nosotros, siguiendo las huellas de tu mártir, la vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los recibió como sacrificio de holocausto
3, 1-9
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas en su cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
Palabra de Dios.
 
SALMO RESPONSORIAL
Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 5)
 R. Los que que sembraban con lágimas cosechan entre cantares.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas
la lengua de cantares. R.
Hasta los gentiles decian:
el Señor ha estado grande con ellos.
el Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. R.
Que el Señor cambie nuestra suerte, come los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas consechan entre cantares. R.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla:
al volver vuelve cantando, trayendo sus gavillas. R.
SEGUNDA LECTURA
San Pablo a los Romanos 8, 31b-39
Hermanos: si Dios está a nuestro favor, ¿Quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿Quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente
ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Aleluya
Alabad al Señor todas las naciones, proclamad sus alabanzas
pueblos todos.

EVANGELIO
El mundo los ha odiado
17, 11b-19
En a uel tiem o Jesús levantó los ojos al ielo y dijo: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu
nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue al su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son
del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean
santifi ados en la verdad”.

Homilía

Oración de los fieles.


Inicia y concluye el Sr. Cardenal.
Iluminados con el ejemplo de los santos, que fueron en su vida sal de la tierra y luz del mundo, y uniendo nuestra oración a la de la inmensa multitud de los que están en la presencia del Señor, Oremos confiadamente al Señor,


I. Por todos los creyentes en Cristo; para que como los santos seamos testigos del amor de ios en el mundo ro rouemos al Señor.


II. Por la Iglesia de El Salvador, de quien recibió la fe quien hoy ha sido inscrito en el libro de los mártires de Cristo; para que por su intercesión dé frutos abundantes de Nueva Evangelización, roguemos al Señor.


III. Por todos los que sufren a causa de la violencia, la pobreza, la injusticia social y la marginación, para que se sientan acogidos por nosotros los cristianos, y trabajemos por la transformación de las estructuras de pecado, roguemos al Señor.


IV. Por los que rigen las naciones; para que procuren siempre el bienestar y la az de todos los ciudadanos, roguemos al Señor.


V. Por nosotros, aqui reunidos, por nuestras familias, por nuestra comunidad para que imitemos la valentia del beato Oscar Arnulfo Romero y seamos los mensajeros de Cristo rouemos al Señor.


Dios todopoderoso y eterno, escucha nuestras plegarias y fortalece nuestra voluntad, para que, como el Beato Oscar Arnulfo Romero, sepamos seguirte con entrega generosa la llamada de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA
Ritos del Ofertorio
Presentamos ante el altar:
- Ramo de flores.
- El libro de los acuerdos de paz (De la locura a la Esperanza).
- Canasta básica.
- Pan y vino.
Canto de ofrendas
Vino y pan en oblación
Vino y pan en oblación
esperan el milagro del Señor.
Ve nuestra ofrenda sobre tu santo altar:
era en los campos dulce vid y trigal.
Pero tú, por tu bondad
transformas nuestra ofrenda en ti Señor.
Toma mi vida y también cambiará.
Llena mi alma de tu gracia y tu paz. Amén.


Oración sobre las ofrendas
Santifica con tu bendición estos dones que te ofrecemos, Señor, y, por ellos, enciende en nosotros la llama de aquel amor por el cual el beato Oscar Arnulfo Romero venció los tormentos del martirio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Plegaria eucarística o Canon Romano

PREFACIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES II
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres glorificado por la alabanza de tus santos
y en su martirio se manifiestan las maravillas de tu poder,
porque en tu bondad concedes ardor a la fe,
inspiras firmeza en la perseverancia
y das la victoria en el combate,
por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles que te adoran,
cantamos un cántico nuevo
y te alabamos, proclamando sin cesar
SANTO
Santo, Santo, Santo
es el Señor Dios del universo
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en el cielo.
Terminado el Santo, sólo el celebrante principal,
con las manos extendidas dice:
Padre misericordioso,
te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
que aceptes y bendigas
estos dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas
la paz, la protejas, la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa Francisco,
con mi hermano José Luis, Obispo de la Arquidiócesis de San
Salvador,
conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la
fe católica y apostólica.
Concelebrante primero. 
CONMEMORACION DE LOS VIVOS.
Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N. y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan,
te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
Concelebrante segundo.
CONMEMORACIÓN DE LOS SANTOS
Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, Santiago y Juan, Tomas, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisògono, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Con las manos extendidas, prosigue el Celebrante principal:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, Líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Todos los concelebrantes. Con las manos extendidas hacia las ofrendas,
dicen a una pero en voz baja:
Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda,
haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado Jesucristo, nuestro Señor
Institución de la Eucaristía.
El cual, la víspera de su Pasión,
tomo an en sus santas y venera les manos,
y, elevando los ojos al cielo,
hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te
bendijo,
lo partió,
y lo dió a sus discípulos, diciendo:
«Tomen y coman todos de él, porque esto es mi
Cuerpo, que será entregado por ustedes».
Del mismo modo, acabada la cena,
tomo este a liz lorioso
en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
«Tomen y beban todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por
ustedes y por muchos
para el perdón de los pecados. Hagan esto en
conmemoración mía».
Luego el Sr. Cardenal dice:
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Después el celebrante y los concelebrantes, con las manos extendidas,
dicen:
Por eso, Padre,
nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de
gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el
sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna
y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda
y acéptala,
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación
pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Te pedimos humildemente,
Dios todopoderoso,
que esta ofrenda sea llevada a tu presencia hasta el altar del cielo,
por manos de tu ángel,
para que cuantos recibimos
el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
al arti i ar a u de este altar,
Se endereza y se signa, diciendo:
seamos colmados
de gracia y bendición.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Concelebrante tercero
CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS
Acuérdate también, Señor, de tus hijos N. y N.,
que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el
sueño de la paz.
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el
lugar del consuelo,
de la luz y de la paz.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Concelebrante cuarto.
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucia, Inés, Cecilia, Anastasia, El Beato Oscar Romero, Obispo y Mártir y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.
Sólo el Concelebrante principal
Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
Todos los concelebrantes dicen:
Por Cristo con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
R. Amén.

RITO DE COMUNIÓN
El Celebrante
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina
enseñanza,
nos atrevemos a decir:
Padre nuestro ue esta s en el ielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos
hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
El Celebrante
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por
tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la
gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
La Asamblea
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre,
Señor.
Celebrante
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra concédele la paz y la unidad. Tù que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Celebrante
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.
Diácono
Nos damos un saludo de paz
Canto: Cordero de Dios
Alejandro Mejía
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz
Celebrante principal
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R/ Antífona de comunión Cf. Mt 10, 39
Dice el Señor: el que pierda su vida por mí, la encontrará.
Canto de comunión:
Acerquémonos todos al altar
Acerquémonos todos al altar
que es la mesa fraterna del amor,
pues siempre que comemos de este pan
recordamos la pascua del Señor. (bis)
Los hebreos en medio del desierto comieron el maná
nosotros peregrinos de la vida comemos de este pan,
los primeros cristianos ofrecieron su cuerpo como
trigo nosotros acosados por la muerte bebemos este
vino.
Como Cristo hecho pan de cada día, se ofrece en el
altar nosotros entregados al hermano comemos de
este pan, como el cuerpo de cristo es uno solo por
todos ofrecidos nosotros olvidando divisiones
bebemos este vino.
Como ciegos en busca de la aurora dolientes tras la
paz buscamos tierra nueva y cielos nuevos comiendo
de este pan, acerquémonos todos los cansados
porque él es nuestro alivio y siempre que el desierto
nos agobie bebamos este vino.
Oración después de la comunión
Señor nuestro, que los sacramentos recibidos nos
concedan aquella fortaleza que dio a tu mártir el
Beato Oscar Arnulfo Romero la fidelidad en tu servicio
y la victoria en su pasión.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Himno del Mártir Oscar Arnulfo Romero
Autor: Francisco Andrés Escobar
Música: Salvador Marroquín


Profeta del pecho herido,
siervo de la luz quemante
no nos dejes pastor nuestro
de tu mano venerable.
No se agoste tu palabra
que como rocío cae
sobre nuestra tierra herida
que solo florece en sangre.
Pastor que fuiste cordero
y ejemplo de fe admirable,
que Dios acoja tu muerte
y la ofrenda de tu sangre.
Profeta del pecho herido
siervo de la luz quemante
en el altar donde fuiste
sacrificio y celebrante.

RITO DE CONCLUSION
(Espíritu Santo)
Dios, Padre y fuente de toda luz,
que iluminó los corazones de los discípulos
derramando en ellos el Espíritu Santo,
los bendiga y les conceda la abundancia de sus dones.
R. Amén.
El fuego admirable que apareció sobre los discípulos
purifique los corazones de ustedes de todo mal
y los ilumine con su luz.
R. Amén.
El Espíritu, que por la proclamación de una misma fe
reunió a los pueblos de diferentes lenguas,
los haga perseverar en esa misma fe
y llegar, gracias a ella, a la visión que esperan.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén.
Diácono
Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.

HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ
Mons. Argumedo
Salve oh Reina de Oriente ensalzada, de tus hijos
escucha el clamor; nuestra dulce patrona aclamada,
tuyo siempre será El Salvador.
Dulce Madre, a tus plantas llegamos con filial
entusiasmo vivaz, y permite tu frente ciñamos como
Reina gentil de la paz.
Con estrellas y lirios tejida te brindamos corona de
amor; las estrellas con luz de tu égida y los lirios tu
mismo candor.
Eres pura y que el sol más hermosa, de esta tierra
magnifico honor; Fuiste tú entre tantos mortales elegida
por el Creador.
Los rencores, el odio, la guerra, las envidias, el falso
disfraz, con tu amor y cariño destierra, y en nosotros
que reine tu paz.
MAGNIFICAT
(Kairoi)
Proclama mi alma la grandeza de Dios, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. porque ha mirado la humildad de su sierva; desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
Porque el poderoso ha obrado y hace maravillas en nosotros, Grande es su amor para todos, Grande es su amor y por siempre, Grande es su amor.
Hace proezas con su brazo, corrige a los soberbios y con todo el corazón, exalta los humildes, llena de bienes a los pobres.
Sus promesas por siempre durarán, como dijo a nuestros padres.